Convertirse en repartidor en Madrid no es tan sencillo como parece a primera vista. Detrás de cada entrega hay una serie de requisitos legales, decisiones laborales y, sobre todo, un gran esfuerzo físico y mental.
Cada vez son más las personas que optan ser repartidor, ya sea como trabajo principal o como ingreso complementario. Sin embargo, antes de lanzarse a recorrer la ciudad con pedidos a cuestas, es importante conocer qué se necesita para comenzar y cuáles son los factores que pueden marcar la diferencia entre una jornada exitosa y otra llena de frustraciones.
1Requisitos básicos para ser repartidor en la capital
El primer paso es contar con un vehículo, ya sea bicicleta, patinete eléctrico, motocicleta o coche. La elección no es menor: de ella depende no solo la velocidad en los traslados, sino también los ingresos potenciales y el gasto en mantenimiento. Un repartidor en moto o coche suele cubrir más pedidos por hora, aunque debe asumir costes más elevados de gasolina y reparaciones, mientras que quien opta por la bicicleta ahorra en gastos, pero enfrenta mayor desgaste físico.
El segundo requisito indispensable es disponer de una cuenta activa en plataformas como Glovo, Uber Eats o Just Eat. Estas aplicaciones permiten trabajar bajo dos modalidades: como autónomo, gestionando los propios tiempos y facturación, o con contrato directo, lo que garantiza cierta estabilidad pero reduce la flexibilidad.
Además, es fundamental tener un estatus legal que habilite a trabajar en España. Esto implica contar con residencia, visa de trabajo o, en el caso de los nacionales, el documento correspondiente. Sin esta condición, ningún repartidor puede operar de manera formal y segura.