El drama de Talgo se sigue extendiendo. La empresa fabricante de trenes tiene ya varios años a la búsqueda de un comprador que pueda servir como socio industrial para superar su crisis de entregas, que ya les ha costado 100 millones de euros de sanción por parte de Renfe y la obligación de negociar las entregas de Deutsche Bahn para evitar un problema similar. Para esta fecha se esperaba que Sidenor, la empresa que dirige José Antonio Jainaga, apoyada por la SEPI, se hubiese hecho con el 29,8% de acciones que controla Trilantic, pero esto no ocurre y el reloj sigue avanzando.
Lo cierto es que parte del problema fue la decisión del ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, de vetar la opa sobre Talgo por parte de la húngara Ganz Mavag. Es cierto que había buenos motivos para el veto, una empresa con conexiones al controvertido gobierno de Viktor Orbán buscando hacerse con un fabricante considerado estratégico desde España, pero para los accionistas del fabricante de trenes se ha traducido en una caída del valor de la acción, problemas clave alargados en el tiempo y, por supuesto, una oferta menos lucrativa por la empresa, puesto que desde Hungría se ofrecían hasta 5 euros por acción.
En cualquier caso, la realidad es que se ha hecho todo, tanto desde el País Vasco como desde el Gobierno Nacional, para que esta oferta sea la única sobre la mesa. Es que no solo se ha vetado la oferta húngara, sino que se vieron con malos ojos los acercamientos desde Polonia, por parte de PESA y el grupo público PFR, (la SEPI polaca) y de Júpiter Wagons desde la India. Esto hizo que la opción de los vascos se transformara en la última solución posible, aunque la oferta es casi un euro menos por acción que la de Ganz Mavag.

Ahora es complicado saber la fecha de una respuesta. A la espera de un movimiento, la propia Talgo ya había cambiado la fecha de la presentación de resultados, originalmente debía ser en agosto, pero la han retrasado un mes, hasta el día de hoy, para resolver el problema e intentar que ya estuviese presente el consorcio vasco en su accionario. Sin embargo, sin un cambio en la situación, lo esperado es que los resultados de hoy reflejan esta crisis, en particular por qué de momento la sanción de Renfe sigue presente.
LA RENEGOCIACIÓN DE LA DEUDA DE RENFE TAMPOCO SE RESUELVE
El otro problema es que la deuda con Renfe sigue presente. Aunque Talgo ha hablado de recurrir la sanción y el propio Óscar Puente ha asegurado que hay disposición tanto en el ministerio como en la empresa pública para renegociar la deuda nacida de la sanción por los retrasos en las entregas de los Avril. Es un problema clave para la empresa, después de todo se trata de uno de los obstáculos principales para la compra, pero sin una solución evidente, al menos en el corto plazo.
Se suma que el precio ofrecido por Sidenor es un euro menos que lo ofrecido por la oferta húngara. La realidad es que el panorama inmediato para Talgo sigue siendo negativo, pero sigue teniendo algunas ventajas competitivas clave dentro del panorama español, en particular su experiencia y capacidad empresarial para construir trenes que se adapten a vías de ancho variable en un país donde es necesario. Sobre todo con la liberalización de las líneas de alta velocidad con dirección a Galicia en el futuro cercano, y con varios proyectos de construcción de vías sobre la mesa de ADIF, es un punto clave que hace que el fabricante sea atractivo a pesar de sus problemas.
TALGO Y LOS NÚMEROS ROJOS
Lo cierto es que esta lista de problemas hace esperar que los datos de Talgo sean negativos, aunque menos que en presentaciones anteriores. La realidad es que a pesar de sus dificultades, la empresa sigue sumando pedidos, tienen sus fábricas comprometidas y operativas al menos hasta el final de la década y todavía es clave no solo para el sistema de alta velocidad español, sino también para países como Alemania y Dinamarca. En ese panorama, sus resultados suelen tener algún punto luminoso, a pesar de sus problemas evidentes.
De igual modo será interesante ver si hay un nuevo movimiento tras la presentación de los datos. La última vez el Consejo de Ministros aprobó la entrada de la SEPI a la compra el día previo a la presentación de resultados, así que no sería raro que los accionistas y los analistas tengan nueva información poco después de la presentación.