domingo, 28 septiembre 2025

«El incremento de la soledad en la vejez es una auténtica nota de alarma»: Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares

El cuidado de las personas mayores se ha convertido en una de las cuestiones sociales más relevantes en nuestro tiempo, obteniendo resultados de soledad muy notables. En nuestro país, España, la longevidad ha aumentado considerablemente en los últimos años y, con ello, también el apoyo requerido para la vida cotidiana. Aunque no es infrecuente observar la mención de los sistemas públicos, de salud o de servicios sociales, los datos indican, sin embargo, que el primer eslabón del bienestar sigue siendo la familia. Así lo pone de manifiesto Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, en un pódcast reciente en que nos explica los resultados de una investigación realizada sobre cómo ha cambiado el cuidado familiar en el tiempo.

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HACIA UN NUEVO MODELO DE CUIDADOS MANTENIENDO LA TRADICIÓN

Fuente: FREEPIK

Con lo anterior, Pilar Rodríguez señala la necesidad de desarrollar un nuevo modelo de cuidados que integre la ayuda familiar con una red diversificada de servicios y cuidados que sean domiciliarios. El futuro pasa por construir un modelo de estructura que no sustituya a la familia, pero sí que la complemente y la apoye. El quid de la cuestión es ilustrar que el cuidado no tiene que ser una carga aislada, sino una tarea compartida entre la esfera privada y la esfera pública.

Este modelo se debería basar en la flexibilidad. Cada familia es diferente; cada persona mayor tiene sus propias necesidades y deseos, y el sistema tiene que ser capaz de integrarse en ella. Servicios como la atención a personas mayores en sus hogares, la teleasistencia avanzada o los centros de día de horarios personalizados son estrategias que ya están implementadas, pero que los requieren en mayor cantidad, y con mayor inversión y calidad.

A la vez, la profesionalización del sector es otro de los factores imprescindibles. Aumentar la cobertura de servicios no sirve si no viene acompañado de la atención digna y especializada. Esto significa, además, reconocer y mejorar las condiciones laborales de las personas dedicadas al cuidado local, así como ofrecer formación específica para abordar los nuevos retos de una población que envejece a gran velocidad.

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