En los últimos años, el marketing se ha reinventado de la mano de la inteligencia artificial. Sin embargo, una nueva ola tecnológica comienza a asomar en el horizonte: la computación cuántica. Lejos de ser una mejora incremental, se trata de una auténtica revolución que promete redefinir la manera en que las marcas analizan datos, personalizan experiencias y optimizan campañas.
Los principios de superposición y entrelazamiento que definen a esta tecnología permitirán procesar información con una rapidez y complejidad imposibles de alcanzar para los ordenadores clásicos. Lo que está en juego no es simplemente una nueva herramienta de marketing, sino un cambio de paradigma que podría transformar de raíz la relación entre empresas y consumidores en la próxima década.
2El poder de resolver lo imposible

La verdadera promesa de la computación cuántica para el marketing radica en su capacidad para enfrentar problemas de optimización de enorme complejidad. Hasta ahora, los especialistas han debido lidiar con decisiones que involucran miles de variables: desde la distribución de presupuestos publicitarios hasta la personalización de mensajes para millones de usuarios. Aunque la inteligencia artificial ha permitido avanzar en este terreno, las limitaciones de los sistemas binarios son evidentes.
Un ordenador clásico, por potente que sea, se encuentra con barreras que lo vuelven ineficaz ante determinados escenarios. En cambio, una computadora cuántica puede analizar de forma simultánea un número exponencial de soluciones posibles, acelerando la identificación de combinaciones eficientes y rentables. Esto significa que las campañas de marketing podrían ajustarse en tiempo real a los cambios de mercado y a las preferencias del consumidor, otorgando a las marcas una agilidad inédita en la historia del sector.