sábado, 27 septiembre 2025

Los Javis presumen de cambio radical: de un pisito en Malasaña a un chalet en Pozuelo

La primera impresión al llegar a la nueva vivienda de los Javis es la de entrar en un refugio que combina modernidad, creatividad y calidez. Las ramas de un imponente alcornoque reciben a los visitantes como símbolo de protección. Entre patios, muros de hormigón y luz natural, el hogar de Javier Calvo y Javier Ambrossi refleja su estilo de vida.

Este proyecto, ideado por Benjamin Iborra y Raúl Hinarejos, ha dado forma a una casa concebida como un lugar de encuentro, de trabajo y de descanso. Más que una vivienda, los Javis han creado un escenario en el que se entremezclan recuerdos, proyectos en marcha y sueños por cumplir. Una pieza arquitectónica que revela tanto como su obra artística.

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Un espacio para vivir, crear y compartir

Un espacio para vivir, crear y compartir
Fuente: Revista AD

“Esta casa es muy social. Siempre hay gente, fiestas, lecturas de guion…”, comentó Javier Calvo. Y no exagera. La planta baja acoge las áreas más abiertas: salón, comedor, cocina y estudio. El primer piso guarda la intimidad de los dormitorios y un vestidor. En el sótano, la creatividad se desata con una discoteca, una sala de cine y un gimnasio.

La concepción del proyecto recuerda al rodaje de una película: secuencias que van desvelando rincones inesperados. Así lo cuenta Calvo: “Hacer la casa fue como escribir un guion. Desde el primer dibujo sabíamos que sería así”. Esa forma de trabajo colaborativo, de reunir talentos diversos, se traslada de su faceta profesional a su vida personal.

Esa fusión entre lo privado y lo colectivo es lo que más define la vivienda. Para los Javis, no se trata de construir un refugio aislado, sino de levantar un espacio que multiplique las posibilidades: trabajar, descansar, compartir y soñar al mismo tiempo. Una filosofía coherente con su forma de entender el arte y la vida.


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