La nueva ley del taxi de Barcelona ha entrado finalmente al Parlament, de la mano de PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP, y se espera su aprobación en el corto plazo. En cualquier caso la decisión ha puesto en pie de guerra a conductores y directivos de las VTC de la llamada «nueva movilidad». No es primera vez que los conductores de Uber, Cabify y Bolt protestan contra las medidas tomadas en territorio Catalán en su contra, pero sí deja claro que la nueva ley, cuyo contenido pudieron comprobar finalmente al ver el borrador el pasado lunes, es apocalíptica en la Generalitat, y los pone a buscar otras soluciones.
Desde Cabify han explicado que esta medida deja sin empleo a los miles de conductores que operan en el sector, unos 6.000, según el Sindicato Libre de Transporte, lo que hace de la decisión dramática. Señalan además que la ley va en contra tanto del derecho de libertad de movimiento de los ciudadanos como de la normativa aprobada por la Unión Europea, que no permite tomar medidas contra las plataformas únicamente con la idea de proteger el negocio del taxi.
Lo cierto es que Cabify y Bolt han señalado varias veces a los gobiernos de Barcelona y Cataluña por este tipo de medidas. Desde las ya famosas exigencias en cuanto al tamaño de los vehículos, hasta esta nueva ley ha sido evidente que la Comunidad Autónoma los considera un problema, privilegiando el espacio del taxi.
Desde Unauto VTC han sido aún más directos. La patronal del sector ha señalado que la ley catalana está hecha a la medida de lo que ha exigido Tito Álvarez, el portavoz de la asociación Élite Taxi. Lo cierto es que el propio Álvarez se ha mostrado contento con la nueva ley, asegurando que hace de Cataluña y Barcelona las líderes en las legislaciones alrededor de la nueva plataforma, además resta importancia a los problemas de empleo, recordando la presencia de las escuelas de conducción para taxistas en la ciudad, donde asegura pueden acceder a un mejor trabajo, aún si en la práctica no todos pueden cambiar del sector.

De momento, más allá de confirmar la idea de hacer presión para intentar revertir la ley o que se revise antes de su aprobación para evitar la expulsión de las plataformas en la ciudad, no especifican cuál es su plan. Lo cierto es que desde antes de la llegada de Salvador Illa al Gobierno se hablaba de una ley como esta, por lo que no necesariamente ha sorprendido al sector, pero eso no lo hace un problema menor, no solo por el valor económico de Barcelona, sino por los empleos de sus conductores.
UNA LEY DISEÑADA PARA EXPULSAR A LAS NUEVAS VTC
Como ya se había publicado anteriormente, la nueva ley específica cuatro tipos de vehículos de transporte para particulares: taxis, VTC, vehículos de Alta Disposición y limusinas. El problema es que a las VTC, cómo se clasifican para los vehículos de Uber, Cabify y Bolt, se les prohíbe realizar trayectos urbanos, y se les pide al menos 10 minutos de pre contratación. Por su lado, a los vehículos que ya tienen licencia se les avisa que no se podrán renovar más de una vez, haciéndolas como licencias temporales y no traspasables, lo que las condena eventualmente a la expulsión.
Se permite, sin embargo, que sigan funcionando los vehículos de Alta Disposición, más cercanos a las VTC previas a las plataformas. Estos están pensados para una persona o grupo de personas que requieran los vehículos con conductor por varias horas, y que pasen varias estacionados. Se presenta además la posibilidad de que las VTC con licencia interurbana puedan además realizar viajes urbanos durante eventos como el Mobile World Congress o el Primavera Sound.
Finalmente, se exigirá a todos los conductores, tanto del taxi como de las demás opciones de transporte para particulares, el nivel B1 de Catalán, aunque desde ERC aseguran que intentarán que se exija el nivel B2 como mínimo.
«Resulta bochornoso que partidos autodenominados progresistas presenten una iniciativa legislativa tan profundamente antisocial, cuyo principal efecto será la destrucción de miles de puestos de trabajo en Cataluña. El sector de alquiler de vehículos con conductor (VTC) emplea en Cataluña a casi 6.000 personas y paga salarios por valor de 127 millones de euros al año», sentencian desde Unauto VTC.
EL FUTURO DE UBER, CABIFY Y BOLT EN ESPAÑA SE ALEJA DE CATALUÑA
Por su lado, las tres plataformas han puesto el ojo en mercados como Toledo, Galicia o la periferia de Madrid. La imposibilidad de operar como hasta ahora en Cataluña con el nuevo marco legal ha hecho que apuesten por otros objetivos, a la espera de un cambio de aires que les permita volver.
Solo Uber y FreeNow tienen lista una flota de taxis registrados en la plataforma que pueden operar con sus aplicaciones. Esto les permite seguir operando en la Ciudad Condal, y mantener su marca en caso de que en algún momento puedan volver a Cataluña.