Tatxo Benet, uno de los históricos fundadores de Mediapro, continuará liderando el mayor holding audiovisual español, al menos por ahora. Lo hará pese a la pérdida de contratos estratégicos —el más doloroso, el de LaLiga— y en un contexto marcado por la incertidumbre financiera, la presión del fondo chino propietario y la creciente polémica por la acumulación de contratos con RTVE.
Mientras la empresa atraviesa un momento crítico, el CEO ha optado por negociar su continuidad al frente de la compañía más allá del 31 de diciembre en el que le vence el contrato.
PRODUCTORA EN DIFICULTADES
Mediapro, a través de su variado entramado de filiales (como Globomedia, El Terrat o Big Bang Media), se ha convertido en el primer grupo en tener tres programas diarios simultáneamente en RTVE. Desde este mes, emite el nuevo ‘Directo al grano’ junto a ‘Malas lenguas’ y ‘La Revuelta’ en la parrilla diaria de La 1.
A estos espacios se suman otros proyectos destacados de la temporada: la serie ‘Barrio Esperanza’, el show de Andreu Buenafuente ‘Futuro imperfecto’, y el nuevo formato cómico-musical ‘Cuánto, cuánto, cuánto’, entre otros.
Este desembarco masivo en la televisión pública ha generado críticas por los mimos recibidos por parte de José Pablo López, presidente de RTVE, especialmente tras los fracasos recientes de Mediapro en esa misma cadena.
El concurso ‘La Pirámide’ y el programa humorístico ‘La Garita’ fueron retirados tras muy pocas emisiones por su baja calidad o escaso tirón de audiencia, lo que generó tensiones entre directivos de RTVE y la productora. Pese a ello, la presencia de Mediapro en la televisión pública no solo no ha disminuido, sino que ha crecido.
Para algunos analistas, esta situación recuerda a los tiempos del zapaterismo, cuando el grupo también recibió numerosos contratos públicos mientras ponía en pie La Sexta en sintonía con el Gobierno socialista.
PÉRDIDA DE CONTRATO LIGUERO
El gran golpe para Mediapro en 2025 ha sido, sin duda, la pérdida del contrato con LaLiga, valorado en unos 400 millones de euros a cinco años. Esta ruptura ha deteriorado notablemente las cuentas del grupo. Moody’s ha rebajado su calificación financiera a bono basura (B3), señalando un rendimiento operativo débil y un importante descenso de ingresos y EBITDA: en 2024, la facturación cayó un 15% y el beneficio operativo se desplomó un 36%.

En paralelo, Mediapro ha tenido que aplicar un ERTE para 180 trabajadores y ha visto deteriorada su imagen tras una reacción desproporcionada contra la patronal del fútbol. En abril, la empresa emitió un comunicado en el que calificaba de «arbitraria» la decisión de LaLiga de adjudicar los derechos a otra productora (una filial de Wanda) y anunció que iba a emprender acciones legales contra el organismo presidido por Javier Tebas.
Días después, Mediapro se retractó públicamente de sus ataques y LaLiga le concedió algunos paquetes menores del concurso.
DUDAS
Desde 2018, Mediapro pertenece en un 85% al fondo chino Orient Hontai, que a través de Southwind Media rescató a la compañía en plena pandemia con una inyección de 620 millones de euros. Tras la salida forzada de Jaume Roures en 2023, todas las miradas se centraron en Tatxo Benet, cuyo contrato expira este 31 de diciembre.
Durante los últimos meses, Orient Hontai ha explorado un posible relevo en la dirección, contratando una firma de cazatalentos que ha mantenido reuniones con antiguos ejecutivos de Movistar+. Sin embargo, la renovación de Benet está actualmente en fase de negociación.
Desde Mediapro se insiste en que no hay ningún proceso oficial de sustitución, aunque han admitido a El Confidencial que en el pasado se valoró la posibilidad de buscar otro perfil. A sus 68 años, Benet parece determinado a mantener el timón de la compañía en un momento particularmente delicado. El fondo chino, que en su día valoró a Mediapro en más de 2.000 millones de euros e incluso consideró sacarla a bolsa, se encuentra ahora en fase de contención.
Su prioridad es estabilizar las finanzas y restaurar la confianza en una empresa cuya dimensión —más de 7.000 empleados en distintos países— contrasta con su actual fragilidad financiera.
CONTEXTO POLÍTICO FAVORABLE
Más allá de los problemas estructurales, Mediapro ha sabido mantener un flujo constante de contratos con RTVE, lo que le ha permitido oxigenar su actividad en España. La política, como ha ocurrido en otras etapas de la empresa, vuelve a jugar un papel clave. El contexto mediático, donde las cadenas privadas han girado a la derecha, ha empujado al PSOE a reforzar su presencia en La 1, elevando su carga política diaria de tres a más de siete horas.
En este marco, Mediapro vuelve a ser un aliado estratégico del Gobierno, lo que ha facilitado su notable presencia en la programación. Esto ha generado un creciente debate sobre la imparcialidad de la cadena pública y sobre si RTVE está cayendo en una «colonización gubernamental» similar a la que el PP ha practicado históricamente con las autonómicas. Tatxo Benet seguirá, al menos por ahora, al frente de Mediapro.
Lo hará con el aval de su experiencia, pero también bajo el escrutinio de sus resultados. El holding audiovisual afronta una etapa compleja: necesita reforzar su credibilidad financiera, recuperar contratos clave y evitar que la crisis de solvencia devenga en una reestructuración más profunda.
Mientras tanto, su protagonismo en RTVE lo mantiene en el centro del debate político y mediático. Una posición que, aunque arriesgada, le permite ganar tiempo. Y en los negocios —como en la televisión—, a veces eso es todo lo que se necesita para resistir.