María Patiño ha sorprendido con una revelación inesperada que involucra a Alessandro Lequio y que ha hecho saltar todas las alarmas mediáticas. La presentadora de No somos Nadie ha sacado a la luz el que, según asegura, fue el último fax que el aristócrata italiano envió a Mar Flores en pleno estallido de su mediática relación en los años noventa. Un escrito cargado de tensión, reproches y confesiones que no solo refleja el estado emocional de Lequio en ese momento, sino que también reabre un capítulo ya conocido pero todavía plagado de incógnitas.
2La información de María Patiño

Durante la emisión de su programa, María Patiño aseguró que había tenido acceso a un fax de enorme valor, el que Mar Flores señala en su libro como el último y quizás el más significativo. “Yo lo tengo”, afirmó sin titubeos antes de proceder a leer las palabras exactas de Lequio, que reflejan un tono entre dolido y airado.
En su intervención, Patiño explicó que tras la noche en la que la modelo acudió a la habitación de Lequio con la esperanza de recuperar los negativos de las fotografías, decidió cortar de golpe toda comunicación: apagó el móvil, cambió de número y se esfumó sin dejar rastro. Esa desaparición desencadenó una serie de intentos desesperados por parte del colaborador televisivo, que recurrió a los fax como último recurso. El mensaje leído por Patiño arranca con un contundente reproche: “Nunca en mi vida hubiera jugado con las fotos. Tienes todas las copias o ¿crees que me he guardado alguna? No me conoces. Ana y Antonia son el pasado, y sí, tú eres el futuro. Caes muy bajo si crees que soy capaz de traicionarte. Estoy empezando a cabrearme, a cabrearme mucho”. Estas líneas, enviadas en 1997, reflejan el punto de quiebre de una relación que había comenzado con encuentros esporádicos y acabó convertida en una tormenta mediática.
El fax continúa con un tono cada vez más dramático: “Te estoy esperando. Tú no me conoces y la gente te está influenciando tanto que estás quedándote ciega. Estoy enamorado de ti y lo único que he querido hacer ha sido ponerte entre la espada y la pared para que decidieras tu futuro. Me estás haciendo sufrir Mar, coge el teléfono. Estoy tan mal que no te lo imaginas”. La intensidad de estas palabras no solo revela la desesperación de Lequio, sino también la complejidad de una relación que en aquel momento se encontraba completamente rota.