jueves, 25 septiembre 2025

Jesús Varela, entrenador de fuerza conocido como “Bilbo”: «La progresión se organiza subiendo 2 kg en cada entrenamiento»

- Del taller de fontanería al récord europeo en press de banca

Jesús Varela es, para muchos, una especie de rara avis en el mundo de la fuerza. Si uno lo ve levantar 240 kilos en press de banca —sí, doscientos cuarenta— podría pensar que se dedica a esto en cuerpo y alma. Pero no: desde los 15 años es fontanero y el entrenamiento, dice él mismo, “no es más que un hobby”. Y lo cuenta con una honestidad desarmante: “A mí me sacas de lo que es el método Bilbo, me hablas de cualquier otro entrenamiento y no sé absolutamente nada”.

Sorprende, ¿verdad? A pesar de no vivir del deporte ni de la ciencia del entrenamiento, ha conseguido marcas que muchos profesionales envidiarían. Su visión sobre la progresión es igual de directa: “Si ya estás preparado para tirar esos 240, 220 van a volar”. Y uno le cree.

Publicidad

El método Bilbo: fuerza e hipertrofia sin rodeos

Fuerza e hipertrofia juntas Merca2.es
Combinación única de fuerza e hipertrofia en cada sesión. Fuente: Canva.

Detrás de su éxito hay una idea que empezó casi como un juego en foros de internet. Allí, bajo el alias “Bilbo”, Jesús fue compartiendo su forma de entrenar. Hoy ese método —bautizado por otros, no por él— ya tiene respaldo científico. Lo curioso es que desafía el dogma clásico: fuerza e hipertrofia ya no van por separado. “Siempre se había dicho que primero había que hacer fuerza o hipertrofia, pero el método Bilbo lo engloba todo; lo haces todo a la vez”, explica con ese acento llano que no busca impresionar.

No es un sistema exclusivo para culturistas. Se adapta tanto al press de banca como a ejercicios de halterofilia o incluso a deportistas que solo buscan mejorar en sus disciplinas. Y sí, también funciona con principiantes (siempre que lleven al menos seis meses entrenando). Eso sí, la clave es el trabajo explosivo y controlado. Jesús lo pinta de forma casi gráfica: “El bajar rápido, esas milésimas de segundo, le generan al músculo una tensión terrible”. Uno casi puede sentir la barra temblando en sus manos.

18 minutos que cambian la sesión

Metodo Bilbo explicado facil Merca2.es
La dedicación y el esfuerzo detrás de un método de entrenamiento innovador. Fuente: Canva

Otra de las rarezas del método es su brevedad. “Si lo haces bien, un entrenamiento suele ser 14 o 18 minutos como mucho, en serio”, dice Jesús. En tiempos de rutinas interminables, esto suena a milagro. Pero tiene sentido: es un sistema pensado para quienes entrenan de manera natural y necesitan maximizar el estímulo sin machacarse.

La piedra angular se llama Serie Bilbo. Es la primera serie del ejercicio principal, llevada al fallo o casi al fallo. No hay un número cerrado de repeticiones: haces las que te salgan. Después, apenas dos o tres series más del mismo ejercicio y listo, sin pasar de nueve series en total. Cada sesión subes el peso un poquito —2,5 kg, o menos si eres principiante— y repites. Así de simple.

Jesús, sin embargo, confiesa que se divierte más contando repeticiones que persiguiendo pesos máximos. Su récord personal: 160 kilos por 17 repeticiones. “Eso me divierte muchísimo más”, dice con una sonrisa.

Entrenar sin romperse

YouTube video

No es un superhombre. Ha tenido dos hernias discales desde joven y en sus análisis la testosterona aparece en el mínimo del rango. Y aun así, ha encontrado maneras de entrenar sin lesionarse. Prefiere, por ejemplo, la prensa “Jaca” para pierna en lugar de la sentadilla, porque es más segura para la espalda. “La jaca… la puede hacer cualquiera”, asegura. También atribuye parte de su buena salud articular al colágeno marino, que “va de cine para rodillas y espalda”.

Tampoco finge obsesión por el físico. “La estética nunca la he cuidado”, admite, y critica sin tapujos la fiebre por la definición extrema: “Las abdominales para mí es el primer síntoma de desnutrición”. Sobre la genética, su mensaje es esperanzador: cualquiera puede tener un buen pectoral con trabajo, aunque reconoce que las diferencias individuales existen.

La vida antes que todo

En su mundo, la fontanería y la familia van primero. Montó un pequeño gimnasio en casa para poder entrenar sin quitar tiempo a los suyos, apenas “20 minutillos” al día. Y no se obsesiona con las interrupciones: “Si solo es un día no pasa nada… yo hay veces que pasa una semana y media y no he podido y no ha pasado nada”. Eso sí, está convencido de que, si se dedicara al 100%, podría haber llegado a 280 kilos en press de banca.

Mucho más que un método

Lo que empezó en un foro bajo un nombre de usuario cualquiera se ha convertido en un sistema seguido y estudiado por atletas de distintos países. Jesús no presume; más bien se ríe de la resistencia que su método generó al principio. “Cuanto más te dicen que no [sirve], pues más caña”, confiesa.

Y quizá ahí está su secreto: no se trata solo de levantar más peso, sino de levantar también las ideas que otros dan por imposibles.


Publicidad