En el curso de las últimas décadas, la esperanza de vida se ha incrementado de forma bastante importante, aunque no siempre asociada a la calidad de vida que va de la mano una dieta controlada. Cada vez resulta más evidente que el hecho de vivir más años no implica que sea vivido con autonomía ni con bienestar. Así pues, Paco Tarazona, un especialista en esta disciplina, hace hincapié en un mensaje fundamental: «Intervenciones multimodales como la dieta, el ejercicio o la socialización ayudan a prevenir la fragilidad». Esta afirmación no solamente hace referencia a una guía práctica, sino que supone un cambio de paradigma en la forma de envejecer.
2UN FUTURO DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO CON UNA DIETA ACTIVA

La clave es la comprensión de que la fragilidad no responde a un signo natural e inevitable del paso de los años, sino que se trata de un fenómeno que puede evitarse y postponerse. Un envejecimiento saludable y activo puede darse cuando ciencia y hábitos de la vida cotidiana marchan juntos. En esta atención e integración, la mirada integradora que aporta Paco Tarazona es la que establece la guía: cruzar los avances de la investigación con la capacidad transformadora de la vida cotidiana. Porque está bien vivir durante más años, pero aún es mejor vivirlos con plenitud y dignidad.
La proteómica, cuya tarea principal es el estudio de las proteínas, aporta información sobre los procesos biológicos que correlacionan el envejecimiento interno. Entonces, con aquellos datos se pueden realizar cambios de medicina reactiva a medicina preventiva no solo para curar, sino para ese paciente anticiparse a la pérdida de fuerza, movilidad o resiliencia. La genética a su vez completa el todo mostrando la predisposición individual, para entonces la conjunción de ambas da acceso a una geriatría más óptima y de calidad.