Mientras que la situación en Cataluña apunta a que las empresas de la «Nueva Movilidad» no podrán seguir operando en Barcelona, Bolt ha dado un paso clave para crecer en otros territorios de España.
En este caso, la empresa ha anunciado su aterrizaje en La Coruña, donde combinarán una flota propia de vehículos eléctricos con la presencia de taxistas en la plataforma a los que, al menos en un principio, no se les pedirá comisión por la facturación realizada durante el día. Es un paso clave que recuerda las diferencias que hay en los procesos de regulación de una Comunidad Autónoma a otras tras el final de la moratoria del decreto Ábalos.
En cualquier caso, la plataforma da un paso que hace poco dieron Uber y Cabify, poniendo el ojo en Galicia, una comunidad cuyo potencial turístico a nivel nacional ha crecido en los últimos años, también por la llegada de la alta velocidad de Renfe. Es un paso clave, y las plataformas de la nueva movilidad han ‘olido’ la oportunidad.
«Con más de 250.000 habitantes en la ciudad, la cifra más alta de su historia, y una área metropolitana de 489.000 habitantes, A Coruña se posiciona como un núcleo urbano clave en Galicia y en España. Su dinamismo económico y social, junto con el creciente número de desplazamientos diarios, generan la necesidad de soluciones de transporte más modernas, eficientes y respetuosas con el medio ambiente», explica la empresa en el anuncio de su llegada a La Coruña.

Además, su director en España, Daniel Georges, se ha hecho eco del mismo optimismo. «A Coruña es una ciudad muy dinámica y con un enorme potencial de crecimiento, pero también enfrenta retos en materia de movilidad. Con la llegada de Bolt, queremos ofrecer a los ciudadanos una alternativa más eficiente y sostenible, al mismo tiempo que apoyamos al sector del taxi local con un modelo transparente y sin comisiones. Nuestro objetivo es contribuir a que moverse por la ciudad sea más fácil, más justo y más respetuoso con el entorno», sentencia el directivo.
LA EXPULSIÓN DE CATALUÑA OBLIGA A BOLT A MOVERSE
Como confirman fuentes del sector que estuvieron presentes el martes en la reunión entre los representantes de la Generalitat y los sectores afectados por la nueva normativa para las nuevas VTC, se cumplen los peores temores. La nueva ley prohíbe que se realicen viajes urbanos, como hasta ahora, dejando esta labor únicamente en manos de los taxis. Es una medida que para las plataformas no sólo afecta la movilidad de los usuarios en Barcelona y el resto de la Generalitat, sino que deja a sus conductores sin empleo.
Lo cierto es que la apuesta de las tres grandes empresas del sector por crecer en otras zonas del país ha llegado de la mano de la pérdida de lo que siempre han considerado una de las ciudades clave de su negocio. La Ciudad Condal, con eventos como el Primavera Sound o el Mobile World Congress, sumado a la presencia de turistas todo el año en la ciudad, la hacen especialmente atractiva para las plataformas, y estás defienden que este contexto también las hace necesarias.
Lo cierto es que su salida de la ciudad también ha hecho que vean con buenos ojos el crecimiento en otros territorios. Galicia es el ejemplo más reciente, pero se suman las nuevas apuestas de crecimiento en Andalucía o las nuevas licencias de Cabify en Madrid. La expulsión de Cataluña simplemente ha hecho que estas empresas deben buscar la solución en otras comunidades autónomas.
LA APUESTA POR CRECER FUERA DE LOS GRANDES CENTROS URBANOS
Se suma el reto de crecer también en zonas lejos de la gran presencia turística. Es uno de los retos de Cabify para sus nuevas licencias en Madrid, y para Bolt parece también marcar parte de sus movimientos, viendo en las periferias y ciudades menos turísticas una oportunidad única y que de momento está desatendida.
De momento, Bolt continúa su expansión en España, donde ya opera en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, la Costa del Sol, Murcia y Toledo, reforzando su papel como uno de los principales impulsores de la transformación de la movilidad urbana en Europa.