Empezó con la negativa de subir las escaleras en los edificios, pero ya hablan de dejar los alimentos en el felpudo si el usuario no acude rápido a la puerta. Los repartidores contratados de Glovo que antiguamente eran autónomos, y que consideran sus condiciones de trabajo han empeorado desde que se implantó el nuevo modelo, dejan clara que la necesidad de cubrir las cuotas de entregas que exige la empresa en su nuevo modelo, a lo que suman su molestia por los traslados más largos que han tenido que asumir de la mano de la reducción de la plantilla por el cambio de modelo, afectarán al servicio.
Por tanto, han asumido como necesario pedir a los usuarios que estén en la puerta para recibir rápidamente los pedidos, y de lo contrario solo seguir adelante tras dejar el pedido en la puerta con la foto del mismo en la aplicación. Es una posición que nace de la poca satisfacción de los trabajadores de la empresa con el nuevo modelo, para muchos la estrategia pasa por empeorar las condiciones de aquellos repartidores que suman antigüedad por su tiempo como autónomos, de forma que estos renuncien. Es una sensación clara en cientos de riders en Madrid y otras comunidades, aunque evidentemente desde la empresa se mantiene que no es el objetivo.
En cualquier caso, es cierto que algunas de las estrategias de la empresa han ido cambiando desde que inició el proceso de implantación del nuevo modelo. Algunos problemas se han ido resolviendo y otras decisiones se han modificado, pero lo cierto es que hay condiciones, como la selección de horarios o la posibilidad de rechazar pedidos, que para los autónomos eran clave y que ahora como contratados los riders de Glovo extrañan.
A esto se suma que ya hay comunidades donde los repartidores de algunas flotas han anunciado huelga, y que hay una iniciativa organizada para hacerlo en Madrid. Si bien es cierto que el ya formado comité de huelga está buscando la representatividad necesaria para que la convocatoria sea legal, también es una novedad para la empresa. Lo cierto es que desde la aprobación de la Ley Rider, ya hace 4 años, la presión sobre la empresa no ha cesado, y se han sumado sanciones a nivel europeo por las decisiones tomadas junto a su principal accionista, la alemana Delivery Hero.
GLOVO Y LOS CAMBIOS EN EL MERCADO
Más allá de estar en la mira de los repartidores molestos la plataforma y de haber recibido una reciente denuncia de la inspección de trabajo, en este caso por la presencia de repartidores indocumentados en su nómina. Aun así, la empresa está en un momento delicado, de cara al futuro inmediato, aunque es cierto que mantiene la buena posición de ser la empresa de delivery más popular entre los españoles, el caos del proceso de contratación ya empieza a tener efectos directos entre los usuarios.

En cualquier caso, la empresa sigue adelante intentando estabilizar la situación tras el final de lo que ha sido un complicado proceso de contratación. La realidad es que sus rivales enfrentan situaciones muy diferentes, por un lado, Just Eat tiene hace tiempo a sus repartidores bajo contrato, muchos de ellos utilizando vehículos de la propia empresa, por lo que ya han atravesado estos retos, por su lado Uber Eats sigue ignorando el cambio en el sector defendiendo, como Glovo lo hacía hasta el último momento, que sus riders son autónomos incluso dentro del marco de la ley rider, y no han hecho ningún cambio en su modelo de negocio y contratación.
En cualquier caso, desde la empresa matriz se ha considerado que el avance del proceso de contratación ha sido positivo. Delivery Hero considera que aunque todavía se resuelven algunos problemas generados en el propio proceso, al menos este debería servir para reducir la presión legal y social alrededor de la empresa española.
LA CONTAGIOSA IRA DE LOS RIDERS DE GLOVO
En cualquier caso, la molestia de los riders es evidente hace meses. No es solo que consideren que el nuevo modelo ha reducido sus libertades e ingresos, o que Glovo de por hecho que no todos se mantendrán en la empresa, sino que además se suma que sienten que muchos de los problemas que atraviesan los avisaron cuando se habló originalmente de la nueva ley. Lo cierto es que de momento los riders se sienten abandonados por la empresa y por el gobierno a partes iguales, sin ninguna solución evidente para ellos.
En cualquier caso, lo que es evidente, es que la situación es complicada de resolver de forma real. Lo cierto es que ya hay un alto porcentaje de los trabajadores pensando en dejar la empresa, mientras que otros aún se niegan, sobre todo por qué consideran que sería ceder a la presión de la empresa. En cualquier caso el tiempo dirá si se calman o no las aguas.