martes, 23 septiembre 2025

Dr. Julián Casado (56), reumatólogo: «El dolor de cadera al levantarte es la primera sirena de alarma. La verdadera causa está en tus pies y podría dejarte inmóvil»

La causa principal de muchos dolores de cadera crónicos se origina en una mala pisada, que genera una tensión anómala en toda la pierna. Corregir el apoyo del pie con el calzado adecuado y, si es necesario, con plantillas personalizadas, es fundamental para prevenir un desgaste articular severo y la posible pérdida de movilidad.

Ese pinchazo en la cadera al salir de la cama debería preocuparte mucho más de lo que imaginas. Lo advierte con rotundidad el Dr. Julián Casado, un reumatólogo con más de dos décadas de experiencia, que lo describe como «la primera sirena de alarma». Para muchos es una molestia pasajera, un simple achaque de la edad o de una mala postura al dormir, pero ignorarlo podría ser el primer paso hacia un problema de consecuencias devastadoras, un camino silencioso que compromete seriamente tu futuro.

Pocos podrían sospechar que la respuesta a ese dolor de cadera no se encuentra en la propia articulación, sino mucho más abajo. ¿Y si la clave de todo estuviera en tus pies? Esta es la sorprendente revelación del Dr. Casado, quien insiste en que «la verdadera causa está en tus pies y podría dejarte inmóvil». Una afirmación que suena a catástrofe, a la pérdida de esa autonomía que todos damos por sentada, pero que se apoya en una lógica biomecánica aplastante que conecta cada paso que das con tu calidad de vida.

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ESA SIRENA QUE NADIE QUIERE ESCUCHAR

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Esa punzada al levantarte es mucho más que una simple molestia, y es que el dolor articular es el lenguaje que utiliza el cuerpo para advertir de un desequilibrio mecánico profundo. El reumatólogo Julián Casado lo llama «la primera sirena de alarma» porque, como en un incendio, la rapidez de reacción es crucial. Normalizar ese dolor, atribuirlo sin más al cansancio o a «cosas de la edad», es como apagar el detector de humo mientras las llamas avanzan en silencio, acercándote a un punto de no retorno.

La mayoría de la gente desconoce las implicaciones reales de esa señal, ya que la cronificación de esta molestia es la antesala de un desgaste articular severo y progresivo. El aviso de tu cadera no es una opción, es una obligación a la que prestar atención. Como insiste el Dr. Casado, ignorar esta alarma es permitir que un problema, inicialmente funcional y corregible, evolucione hacia un daño estructural que puede comprometer de forma irreversible tu movilidad y condenarte a una vida de limitaciones.

¿POR QUÉ MIRAR HACIA ABAJO? LA CONEXIÓN INVISIBLE

La solución a ese persistente problema de cadera empieza por analizar la base que sostiene todo tu cuerpo: los pies. Su correcta alineación es fundamental. Fuente: Freepik
La solución a ese persistente problema de cadera empieza por analizar la base que sostiene todo tu cuerpo: los pies. Su correcta alineación es fundamental. Fuente: Freepik

Puede parecer contradictorio, pero la salud de tu articulación coxofemoral empieza en la planta de tus pies. Una pisada incorrecta, ya sea por pronación (el pie se inclina hacia dentro) o supinación (hacia fuera), genera una reacción en cadena que asciende por todo tu cuerpo. Como explica el Dr. Casado, esta alteración biomecánica obliga a la rodilla y la pelvis a compensar, generando una tensión anormal y constante en la articulación de la cadera.

Imagina que tu cuerpo es un edificio y tus pies son los cimientos. Si los cimientos no están nivelados, aparecerán grietas en las plantas superiores. Aquí ocurre exactamente lo mismo, dado que una mala distribución de las cargas provoca un impacto asimétrico que desgasta el cartílago de forma prematura. La advertencia del Dr. Casado es clara: «la verdadera causa está en tus pies», y es que esa base inestable es la que, paso a paso, día tras día, está saboteando la integridad de tu cadera.

EL MAPA DEL DOLOR: DE LA FASCITIS AL QUIRÓFANO

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Todo suele empezar con algo tan común como una fascitis plantar, unos juanetes o un simple desgaste desigual de la suela del zapato. Son detalles que pasamos por alto, pero son el kilómetro cero de un viaje con un destino muy doloroso. Según la visión del Dr. Julián Casado, estos problemas podológicos modifican nuestro patrón de marcha, creando un ciclo de microtraumatismos que la cadera absorbe constantemente. Esta es la fase silenciosa de la «sirena de alarma».

Con el tiempo, esa tensión anómala se traduce en inflamación y dolor crónico en la zona de la ingle o el glúteo. El cartílago, esa almohadilla protectora, se va erosionando sin piedad. El diagnóstico final suele ser artrosis de cadera, una patología degenerativa que en muchos casos acaba con una prótesis. Y pensar que, como repite el Dr. Casado, el origen de esta degeneración que puede llevar a la inmovilidad se gestó, quizás durante años, en una simple pero incorrecta forma de caminar.

LOS CULPABLES SILENCIOSOS QUE LLEVAS PUESTOS

A menudo, el origen de esta cadena de desequilibrios se encuentra en algo tan cotidiano y personal como el calzado que eliges cada día para tu cadera. Fuente: Freepik
A menudo, el origen de esta cadena de desequilibrios se encuentra en algo tan cotidiano y personal como el calzado que eliges cada día para tu cadera. Fuente: Freepik

Esos zapatos tan bonitos pero de suela rígida, las zapatillas de deporte que ya han perdido toda su amortiguación o incluso esas chanclas que usas para todo en verano. Sin que te des cuenta, pueden ser tus peores enemigos. El calzado inadecuado es una de las principales causas de una mala pisada, ya que forzar al pie a adoptar una postura antinatural tiene un efecto directo sobre la alineación de rodillas y pelvis. Es la pieza que inicia el dominó.

La solución no está en comprar el calzado más caro, sino el adecuado para la morfología de tu pie. No hay un zapato universalmente bueno. Como señala el Dr. Casado, «la verdadera causa está en tus pies», y a menudo esa causa está potenciada por una mala elección en la zapatería. Por ello, entender qué tipo de soporte necesita tu arco plantar es el primer paso para proteger toda tu estructura ósea. Un gesto tan sencillo como ese puede cambiar radicalmente tu futuro.

RECUPERAR EL CONTROL: ¿ESTAMOS A TIEMPO?

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La clave es dejar de ser un actor pasivo frente al dolor y tomar las riendas de la situación. Un estudio biomecánico de la pisada, realizado por un podólogo, es la herramienta más eficaz para detectar esas alteraciones que están dañando tu cadera. Este análisis revelará si necesitas plantillas personalizadas, que actúan como un guía para tu pie, porque corregir el apoyo plantar redistribuye las cargas de manera equilibrada y libera a la cadera de la tensión indebida.

No se trata de esperar a que el dolor sea insoportable, sino de actuar ante esa «primera sirena de alarma» de la que habla el Dr. Casado. El objetivo es romper ese círculo vicioso que empieza en el pie y amenaza con dejarte inmóvil. Escuchar a tu cuerpo, elegir el calzado correcto y buscar ayuda profesional no es una opción, ya que es la única estrategia inteligente para garantizar una movilidad plena y una vida sin limitaciones en el futuro.


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