La vida de un actor suele estar llena de focos, cámaras y escenarios, pero pocas veces conocemos la intimidad de aquellos espacios donde realmente encuentran la paz. José Coronado, uno de los intérpretes más respetados del cine y la televisión nacional, eligió permanecer fiel a sus raíces y mantener en Madrid, concretamente en Chamberí, su verdadero refugio personal.
En su piso de la calle José Abascal, el artista ha levantado un hogar que no solo refleja comodidad y buen gusto, sino también recuerdos, pasión por el arte y una conexión inquebrantable con la ciudad que lo vio nacer. Más allá de los premios y reconocimientos, la vivienda de José Coronado se convierte en un escenario diferente: cálido, humano y cargado de significado.
4La faceta artística desconocida: murales pintados por él mismo

Durante el confinamiento, José Coronado descubrió una faceta inesperada: la pintura mural. Sin poder adquirir lienzos, comenzó a experimentar directamente sobre las paredes de su salón, creando composiciones que hoy forman parte inseparable de la decoración. Sobre el sofá granate luce uno de estos murales, lleno de color y vitalidad, que aporta un aire creativo y único a la estancia.
El propio actor confesó en una entrevista que considera estas obras “cuadros vivos que nunca se acaban del todo”. Y es que José Coronado no solo se limitó a probar una nueva afición, sino que convirtió su hogar en un espacio dinámico donde el arte está en constante evolución. Esta dimensión artística añade autenticidad a su vivienda, mostrando una faceta personal que trasciende la interpretación en la pantalla.
Los murales, lejos de ser un elemento improvisado, se integran con naturalidad en la decoración. Reflejan el carácter inquieto de José Coronado, capaz de reinventarse incluso en los momentos más difíciles. Hoy son parte fundamental de la identidad de su salón y uno de los rasgos que hacen de su casa un lugar singular.