La vida de un actor suele estar llena de focos, cámaras y escenarios, pero pocas veces conocemos la intimidad de aquellos espacios donde realmente encuentran la paz. José Coronado, uno de los intérpretes más respetados del cine y la televisión nacional, eligió permanecer fiel a sus raíces y mantener en Madrid, concretamente en Chamberí, su verdadero refugio personal.
En su piso de la calle José Abascal, el artista ha levantado un hogar que no solo refleja comodidad y buen gusto, sino también recuerdos, pasión por el arte y una conexión inquebrantable con la ciudad que lo vio nacer. Más allá de los premios y reconocimientos, la vivienda de José Coronado se convierte en un escenario diferente: cálido, humano y cargado de significado.
3Un homenaje a Madrid y a sus raíces

La decoración del salón no solo refleja buen gusto, también encierra símbolos personales. Entre ellos destaca un cuadro del edificio Carrión, uno de los grandes iconos arquitectónicos de la Gran Vía madrileña. Con este gesto, José Coronado rinde homenaje a la ciudad que lo vio crecer, recordando que, más allá del reconocimiento público, su identidad siempre estuvo ligada a Madrid.
Este detalle confirma la manera en que el actor concibe su casa: no como un espacio frío o meramente estético, sino como un lugar con alma. Cada rincón habla de su historia, de su carrera y de la memoria que construyó en la capital. Así, el salón se transforma en un museo íntimo donde conviven recuerdos familiares, símbolos urbanos y nuevas pasiones artísticas.