Las ciudades españolas enfrentan un desafío urgente: cómo reducir la contaminación y descongestionar sus calles sin frenar la movilidad de los ciudadanos. En este contexto, el Gobierno y la Dirección General de Tráfico (DGT) preparan una serie de medidas que transformarán la forma en que nos movemos. Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son el eje central de esta estrategia, pero las restricciones irán más allá.
Entre las propuestas se incluyen límites en el número de coches por vivienda, prohibiciones de circular con un solo ocupante por vehículo y nuevas tasas en territorios saturados como Baleares. Pere Navarro, director de la DGT, lo resumió con una frase que no deja lugar a dudas: “El futuro de la movilidad será compartido o no será”.
4Baleares, laboratorio de pruebas

Las islas Baleares se han convertido en el escenario donde estas restricciones se prueban con mayor firmeza. El incremento de vehículos ha sido desmedido: en Mallorca, por ejemplo, han ingresado más de 400.000 coches en los últimos siete años, lo que supone un crecimiento del 110 %. Esta saturación afecta al medioambiente y al día a día de los residentes.
Ibiza y Formentera ya cobran una tasa de un euro por día a los turistas que entran con su coche durante la temporada alta. En Mallorca, se planea aplicar tarifas que oscilan entre 50 y 85 euros para los vehículos procedentes de la península. Además, el Consell insular prepara una ley para 2026 que limitará a un solo coche por vivienda, especialmente en el caso de propietarios no residentes.
Las sanciones serán ejemplares: multas de hasta 30.000 euros para quienes incumplan las normas. Con esta medida, el Gobierno balear busca dar un respiro a unas carreteras cada vez más colapsadas y preservar la sostenibilidad de un destino turístico mundialmente reconocido.