El verano de 2025 será recordado como un punto de inflexión climático en España. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha confirmado que se trató del más caluroso desde que existen registros, con temperaturas medias que superaron en 2,1 ºC la media estacional. Un dato que no solo pulveriza récords anteriores, sino que también alerta sobre la magnitud de los cambios que enfrenta nuestro país.
Los efectos de este fenómeno se han sentido en todos los rincones de la península, con olas de calor más largas, intensas y extendidas de lo habitual. Y mientras la ciudadanía busca respuestas, la AEMET ya anticipa un otoño marcado por temperaturas inusualmente cálidas y lluvias escasas en gran parte del territorio. Un escenario que vuelve a poner en el centro del debate los riesgos del cambio climático.
3El impacto en incendios y el riesgo latente

A las altas temperaturas se sumó la falta de lluvias en gran parte del oeste peninsular. Aunque el año hidrológico cerrará con un 9% más de precipitaciones de lo habitual, según la AEMET, la distribución ha sido desigual: mientras el nordeste estuvo más húmedo, el resto del país se mantuvo especialmente seco. Este desequilibrio incrementó el riesgo de incendios forestales.
La agencia advierte que, si las altas temperaturas y la escasez de lluvias persisten, el riesgo podría extenderse durante todo el otoño. En el tercio norte, la época crítica para los incendios suele coincidir precisamente con esta estación, cuando los vientos cálidos del sur resecan la vegetación. Para la AEMET, este escenario exige reforzar la prevención y la respuesta, ya que el clima extremo no entiende de calendarios.