El universo de La Promesa ha pasado a ser uno de los grandes referentes de la ficción patria , el espacio donde secretos, alianzas y sentimientos por fin confluyen, de un modo tan inevitable como inesperado. En los últimos episodios, los hilos de la narración se estiran al máximo y cada uno de los personajes debe hacer frente a sus propios miedos, a sus culpas o a sus pasiones. La intriga y la emoción se fundan en una historia que no puede dejar indiferente a nadie.
3PERDONES A MEDIAS Y AMORES ENREDADOS EN LA PROMESA 
                                
                            La Promesa se caracteriza por la forma en la que aborda las contradicciones del corazón humano. En Lope y Vera vemos un claro ejemplo. Después de la última secuencia de acontecimientos, ella sabe que tiene que disculparse con él, algo que hace de forma inesperada que no satisface sus expectativas, y un perdón solo parcial puede resultar incluso más doloroso que un silencio.
Lope, agredido en su orgullo y sus sentimientos, no encuentra ningún consuelo en las palabras de Vera y cada vez parece más improbable que la relación pueda volver en alguna forma a su estado anterior, y el desencuentro deja el poso de que el cariño, por mucho que haya, no basta para mantener lo que se ha roto. Un amor, por mucho que lo haya, solo puede llegar a ser una guerra en la que no hay vencedores. La interdependencia de ellos dos para permitir que la tensión entre ellos suene a través de las paredes de la casa, porque las emociones no se quedan encerradas dentro de cuatro paredes.
Eso les pasa también a Manuel y Enora; la falta de sinceridad y la incapacidad de comunicarse hacen que haya una serie de malentendidos que parecen estar llamados a ampliarse. Todo el espacio de la finca empieza a oler a desencuentro y a desconfianza. Sin embargo, en la cocina sopla un aire diferente, el de la complicidad que van cultivando Simona y Candela.




 



