Cdmon, compañía española de hosting, acaba de marcar un hito en el sector al convertirse en la primera del país en alimentar sus servidores exclusivamente con energías limpias.
Más de 70.000 clientes activos, entre webs, correos electrónicos y proyectos digitales, funcionan ya en centros de datos libres de combustibles fósiles.
Una noticia reseñable en un mundo que cada día tiene un coste energético mucho más elevado de lo que la mayoría de personas imagina. Aunque navegar por internet o enviar un correo electrónico parece algo inofensivo, la infraestructura que lo sostiene —granjas de servidores, sistemas de almacenamiento y centros de datos— consume una parte significativa de la electricidad mundial.
Se calcula que alrededor de un 3% del consumo eléctrico global se destina al sector tecnológico, lo que equivale a millones de toneladas de CO2 emitidas cada año.
Servidores con energías renovables al servicio del hosting
La decisión de cdmon no solo responde a una estrategia empresarial innovadora, sino también a un compromiso ambiental de largo recorrido. Según Jaume R. Palau, cofundador de la tecnológica, “ser los primeros en España en cortar de raíz la dependencia del carbón o del gas en el sector digital es una forma de demostrar que la sostenibilidad no puede seguir siendo la gran olvidada”.
El uso de energías limpias en servidores representa un cambio sustancial en la forma de entender el alojamiento web. Hasta ahora, gran parte de las empresas competían en base a precios bajos o paquetes de servicios adicionales, mientras que la huella de carbono quedaba en un segundo plano. cdmon rompe con esa tendencia y coloca la sostenibilidad como un eje central de su propuesta.
El impacto de la IA en servidores acentúa el debate
El auge de la inteligencia artificial ha puesto aún más presión sobre la necesidad de repensar el modelo energético del sector digital. El procesamiento de datos masivos, el entrenamiento de algoritmos y el uso continuado de aplicaciones avanzadas requieren servidores cada vez más potentes. Y esa potencia se traduce en más electricidad.
Palau advierte que incluso acciones tan comunes como hacer una búsqueda en Google o utilizar un chatbot tienen consecuencias ambientales. El verdadero problema surge al multiplicar ese impacto por los millones de usuarios que realizan estas acciones cada segundo en todo el planeta.
La implementación de energías limpias en los servidores, como la que lleva a cabo cdmon, se convierte así en una vía para reducir significativamente esas emisiones invisibles que generan nuestras rutinas digitales.
Diferencia real entre servidores sostenibles y convencionales
El compromiso de cdmon se refleja en datos concretos. Todas las webs alojadas en sus servidores están ubicadas en centros de proceso de datos que utilizan exclusivamente fuentes renovables como la solar, la eólica o la biomasa. Según la compañía, esta transición permitirá evitar la emisión de unas 83,7 toneladas de CO2 al año.
La diferencia entre navegar en una web alojada en cdmon y hacerlo en un servidor tradicional está precisamente en esos gases de efecto invernadero que dejan de liberarse a la atmósfera.
Aunque el usuario final no lo perciba directamente, la navegación digital se vuelve más responsable cuando se utilizan servidores alimentados por energías limpias.
Un camino hacia la eficiencia energética
La empresa catalana no es ajena a los reconocimientos en materia ambiental. Ya en el pasado obtuvo acreditaciones de la Green Web Foundation que certificaban su uso de energías renovables. Ahora, con la totalidad de sus servidores funcionando de manera limpia, se consolida como pionera en el sector del hosting en España.
Este logro refuerza la posición de cdmon como referente en innovación sostenible. Más allá de la tecnología, la empresa transmite un mensaje claro: es posible ser competitivo sin renunciar al respeto por el medio ambiente.
El uso de energías limpias supone un paso gigantesco, pero no el final del camino. Desde cdmon insisten en que el siguiente desafío está en reducir aún más el consumo energético. Tal y como señala Palau, “aunque ya no dependamos de combustibles fósiles, eso no significa que debamos conformarnos. Nuestro objetivo es ser cada vez más eficientes y minimizar el impacto ambiental de toda la infraestructura”.
En un momento en el que la digitalización avanza a un ritmo vertiginoso, la responsabilidad ecológica se convierte, que duda cabe, en un factor diferenciador.








