La factura de la luz es, para muchos, un jeroglífico indescifrable que llega cada mes para darnos un susto. Pero, ¿y si te dijera que podrías estar pagando de más por un error muy simple? La historia de José López, un jubilado de 79 años, es la prueba de que un simple ajuste en el contrato puede reducir el recibo casi a la mitad, un cambio que, como él mismo dice, le ha dado un respiro económico que no esperaba. Su experiencia destapa un secreto a voces que las eléctricas no anuncian.
Lo que José descubrió es que el problema no estaba en su consumo eléctrico, sino en un concepto fijo que pagaba religiosamente sin cuestionarlo. Habla de un ‘botón’ olvidado en el contador de la luz, una metáfora de un ajuste que está al alcance de todos. «Ahora, con 79 años, pago la mitad», explica, y su caso demuestra que la clave para un ahorro significativo está en la potencia contratada, un detalle que el 90 % de los hogares españoles tiene mal configurado y que engorda la factura innecesariamente. ¿Eres tú uno de ellos?
¿PAGAS DE MÁS SIN SABERLO? EL SECRETO ESTÁ EN LA POTENCIA

Imagina que la potencia contratada son los carriles de una autopista por la que circulan tus electrodomésticos. Si tienes contratados muchos carriles (muchos kilovatios, o kW), pagas un peaje fijo más alto, uses o no la autopista. Mucha gente, por costumbre o por desconocimiento, mantiene una potencia heredada de antiguos contratos, cuando los hogares tenían otras necesidades. Por eso, revisar tu gasto energético es el primer paso para dejar de regalar dinero.
El problema es que este coste fijo se paga sí o sí, incluso si te vas de vacaciones y tu consumo es cero. Es un seguro por tener disponibilidad, pero si tienes más de la que necesitas, es como pagar un seguro a todo riesgo para un coche que nunca sacas del garaje. Por eso, entender tu consumo de luz es fundamental, ya que la mayoría de los hogares españoles tienen más potencia de la que realmente utilizan, lo que se traduce en un sobrecoste fijo en cada una de sus facturas mensuales.
EL ‘BOTÓN’ DE JOSÉ: ¿CÓMO SÉ SI TENGO POTENCIA DE SOBRA?
Puede que ahora mismo te estés preguntando cómo demonios saber si eres como José y tienes más potencia de la necesaria. La respuesta está en el contador inteligente, ese aparato que ya casi todos tenemos en casa y que registra mucho más que el consumo. Estos dispositivos guardan un registro de tus picos de demanda. Accediendo al área de cliente de tu distribuidora (que no es lo mismo que tu comercializadora), podrás ver cuál ha sido tu máxima exigencia de potencia.
Si no te apetece bucear en webs, hay un método más casero pero igual de efectivo para analizar tu consumo de luz. Piensa en el peor de los escenarios en tu casa: ¿qué es lo máximo que has encendido a la vez? ¿El horno, la lavadora, el aire acondicionado y la vitrocerámica funcionando al unísono? Si nunca te han «saltado los plomos» ni en esos momentos de máximo apogeo, es casi seguro que te sobra potencia. De hecho, la mayoría de las familias nunca utilizan simultáneamente sus electrodomésticos de mayor consumo.
LA CALCULADORA MÁGICA QUE TE DIRÁ CUÁNTO NECESITAS

Para los que prefieren los datos a la intuición, existen calculadoras de potencia online, muchas de ellas ofrecidas por organizaciones de consumidores o las propias compañías. Son muy sencillas de usar. Solo tienes que introducir los electrodomésticos que tienes en casa y marcar los que sueles utilizar a la vez. La herramienta te dará una cifra orientativa muy fiable de la potencia que realmente necesitas para tu suministro de luz, ayudándote a tomar una decisión informada.
Eso sí, es importante ser realista y dejar un pequeño margen de seguridad. Bajar la potencia en exceso puede ser contraproducente y provocarte cortes de luz constantes si un día tienes invitados o pones la lavadora y el horno a la vez. No se trata de vivir con miedo a que todo se apague, sino de optimizar. Y es que un cálculo ajustado te permite ahorrar sin sacrificar ni un ápice de tu comodidad diaria, encontrando el equilibrio perfecto para tu hogar.
«LLAMÉ A MI COMPAÑÍA Y EN DOS DÍAS ESTABA HECHO»
Una vez que tienes claro cuánta potencia necesitas, el siguiente paso es sorprendentemente simple, como bien comprobó José. Solo tienes que llamar a tu compañía eléctrica (la que te manda las facturas) y solicitar una bajada de potencia contratada. No tienes que hablar con técnicos ni esperar semanas. Es un trámite administrativo que se gestiona por teléfono o a través de su página web en apenas unos minutos. El ahorro en la luz está a una llamada de distancia.
El cambio suele tener un coste mínimo, unos 11 euros en concepto de derechos de enganche, que se te cobrarán en la siguiente factura. Sin embargo, es una inversión que se amortiza en apenas un par de meses con el ahorro que obtienes. La gestión es rápida y, una vez aprobada, el cambio de potencia se hace efectivo de forma remota en un plazo de 24 a 48 horas, sin que un técnico tenga que visitar tu domicilio. Es un pequeño esfuerzo para una recompensa mensual y duradera.
EL AHORRO QUE SE NOTA CADA MES: ¿MERECE LA PENA?

Hagamos números para que veas el impacto real. Cada kilovatio (kW) de potencia que bajas supone un ahorro de entre 50 y 60 euros al año en la parte fija de tu factura de la luz. Si, como le ocurrió a José, te sobran 2 o 3 kW, estamos hablando de un ahorro de más de 150 euros anuales que estabas pagando sin motivo. Un dinero que, sin duda, viene de maravilla para cualquier otra cosa y que te dejará de preocupar por el precio de la luz.
Al final, la historia de José no es solo una anécdota, es una lección sobre el poder que tenemos como consumidores. Se trata de entender lo que pagamos y de tomar el control de nuestros gastos. Ajustar la potencia es más que un truco para ahorrar; es un gesto de inteligencia financiera que te devuelve parte de tu dinero cada mes. Porque a veces, la mayor victoria no está en ganar más, sino en dejar de perder tontamente, algo que influye directamente en nuestra tranquilidad y calidad de vida. La próxima factura de la luz podría ser muy diferente.