El año pasado quedará en la historia como el año en el que la inteligencia artificial se consolidó como un motor indiscutible de la transformación digital. Tras un 2023 marcado por cierta cautela en los mercados, la recuperación del capital ha superado las expectativas y ha devuelto el optimismo a los inversores.
No hablamos solo de cifras, sino de confianza. Los más de 124.300 millones de dólares invertidos en esta tecnología confirman que no se trata de una moda pasajera, sino de un cambio de paradigma. La inteligencia artificial ha dejado de ser promesa para convertirse en herramienta, y el mundo corporativo lo sabe.
5Un futuro en construcción

Un informe reciente lo resume con claridad: la inteligencia artificial es ya un pilar del presente, pero su verdadero impacto aún está por definirse. La transición de prototipos a implementaciones a gran escala será la clave en los próximos años. Todo indica que la reducción de costes en modelos avanzados y la mejora en sus capacidades acelerarán esta evolución.
Mientras tanto, la narrativa es clara: estamos ante una carrera donde conviven innovación tecnológica, tensiones geopolíticas y desafíos éticos. La inversión récord de 2024 es solo un capítulo en una historia que recién empieza a escribirse. El éxito no dependerá únicamente del capital, sino también de cómo logremos integrar esta tecnología en beneficio de la sociedad en su conjunto.