Han tardado algo más de lo esperado, pero en Cabify están contando los días para que la primera tanda de sus nuevas licencias en la Comunidad de Madrid empiezan a operar. De momento, la empresa da por sentado que la primera etapa de estas nuevas licencias estará rodando el próximo mes de octubre, y ya se encuentran en el proceso de captar los nuevos conductores para las mismas.
Es cierto que esto último es un riesgo importante. En los últimos años, la capital se ha hecho más exigente con los requisitos para que los conductores operen VTC, lo que hace que este proceso sea algo más complicado. Aun así, la empresa considera que las condiciones que ofrecen serán suficientes para atraer conductores calificados. Se suma que, como lo ha explicado antes Cabify en este medio, el objetivo inicial pasa por reforzar su presencia en ciudades de la Comunidad de Madrid lejanas al centro, aumentando las opciones en una periferia donde han visto tanto una necesidad como una posibilidad.
En cualquier caso, el tiempo sigue avanzando y el unicornio español sigue trabajando contra reloj. La llegada de las nuevas licencias, criticadas por otros jugadores del sector como la Federación Profesional del Taxi, la patronal Unauto VTC, la directiva de Bolt e incluso, por una parte, de los conductores, que han pedido se retire a los taxistas de la aplicación para evitar que se sobre cargue la misma, y que algunos se queden sin viajes, algo importante para aquellos conductores que buscan sumar a sus sueldos los bonos de calidad y facturación que ofrecen las aplicaciones.
En cualquier caso, la búsqueda de conductores en Madrid contrasta con la situación en otros territorios. El caso Catalán, por ejemplo, ha visto cómo las plataformas de VTC disponibles en esa Comunidad Autónoma dependen de los taxistas registrados en las mismas para funcionar de forma correcta. Es un contraste que ha sido clave para la búsqueda de más licencias en la Comunidad que dirige Isabel Díaz Ayuso, donde se ha asumido la presencia de las plataformas de la «nueva movilidad» como parte del ecosistema de transporte.
UNA CAPITAL QUE NECESITABA MÁS OPCIONES DE TRANSPORTE
Lo cierto es que la presencia de las nuevas aplicaciones de transporte en las grandes ciudades europeas es ya una parte común de su día a día. De hecho, tanto Cabify como uno de los competidores más críticos con las nuevas licencias, Bolt, han asegurado que en Madrid hay menos opciones de vehículos para el transporte de particulares que en el resto de las capitales europeas, y que en días de alta demanda, festivales, eventos deportivos o convenciones económicas, el transporte público no puede cubrir toda la demanda.

Es cierto, además, que la decisión llega, mientras que Madrid sigue aumentando su apuesta por convertirse en una de las ciudades claves del continente. El año que viene suma la Fórmula 1 a esta iniciativa, además de la mayor residencia de Bad Bunny en el viejo continente, dos eventos que además de mover a miles de ciudadanos harán necesarios miles de vehículos, tanto en la zona central de la ciudad como para llegar a sus alrededores.
La respuesta del mercado a las primeras 700 licencias que deberían empezar a operar será clave para la apuesta de Cabify en este aspecto. Será importante también seguir el efecto que las mismas tienen en la competencia y en los taxis, dado lo delicado que es el equilibrio en el sector y lo complicadas que son las relaciones en el mismo las decisiones sobre el resto de las licencias y la fecha en la que entrarán en funcionamiento deben ser tomadas con cuidado.
CABIFY ESPERA PONER EN FUNCIONAMIENTO MÁS DE 9.000 LICENCIAS
En cualquier caso, la empresa no espera quedarse solo con las 700 licencias que, de momento, se les han otorgado. Ya han señalado que seguirán peleando el resto de las 9.465 licencias que esperan lleguen a funcionar en la ciudad, aunque tengan que volver a los tribunales. De momento se concentrará en esta primera tanda, y en reforzar su presencia en la periferia de la capital.
Para Cabify, incluso con estas limitaciones, es una oportunidad de oro. Lo cierto es que la posibilidad de que la empresa refuerce su presencia en Madrid a medida que crece la inversión deportiva y cultural en la ciudad es una buena noticia para ellos, incluso si las decisiones burocráticas no les permiten hacerlo a la velocidad esperada.