En el mundo de Sueños de libertad, los silencios tienen un peso tan grande como las palabras. Los personajes se encuentran en una tensión permanente entre verdades ocultas, culpas pasadas y decisiones que marcan el destino inevitable. Cada gesto, cada revelación y cada enfrentamiento se convierte en un hilo más dentro de la muy compleja red que sostiene la trama.
3LA SOMBRA DE PEDRO Y LA CRISIS DE LA FABRICA

El poder de don Pedro se mantiene envuelto sobre todos durante sus últimos días. La influencia sobre Tasio tensa a Joaquín y a Luis, que ven que todavía el empresario tiene tesoros a su disposición, el miedo a sus pasos es tan cierto que determina prácticamente a cuenta de qué decisiones ubican a su alrededor.
La sombra de Pedro se alarga, la sombra del poder también sobrepasa el lecho de la enfermedad. Mientras tanto, los Merino son fríos ante la espera de un desenlace. Su distancia ante la situación extrema del patriarca es el reflejo de la deshumanización que acompaña muchas veces a la lucha por el poder. Luz, sin embargo, al contrario, se percata de que les falta empatía y se convierte en la única voz que sobresalte la dureza de la situación.
Gabriel, en el campo de las alianzas estratégicas, coge partido por Begoña frente a María. Para él, la relación con Andrés no tiene que ser atada con un hijo, sino con el peligro que conlleva la crisis de la fábrica. La economía se convierte en un monopolio, un argumento de fuerza para conservar en su sitio piezas que de otro modo se irían.
La fábrica, núcleo de la intriga colectiva, atraviesa un momento crítico que refleja a la vez en los destinos individuales.