Viajar en tren en España, que durante años ha sido sinónimos de rapidez, comodidad y puntualidad, ha llegado a convertirse en una experiencia cada día más incierta. Los atrasos se han convertido en un problema habitual tanto en los trayectos cortos como en los de largas distancias; es el caso de Madrid-Toledo, de Sevilla-Málaga o de los AVE que conectan con Barcelona, ninguno de los días está librado de una lista cada vez más larga de incidencias. A la incomodidad de esperar en un andén o de quedar atrapado sin poder avanzar en un vagón detenido durante horas se suma un mazazo más para los viajeros: la reducción de los derechos de compensación económica.
1UNA COMPENSACIÓN QUE SE RECORTA A LA EXCELENCIA

Durante mucho tiempo segun la OCU, España sevanagloriaba de contar con una de las políticas de compensación más extensas de Europa en lo que respecta a las ferrocarriles. Baste recordar que sólo con que un AVE se retrasara, por ejemplo, 15 minutos el viajero recuperaría la mitad del importe del mismo y, con 30, alcanzaría la devolución total. Se trataba de una forma de respeto hacia el cliente y, como decíamos, un mecanismo de presión para que la empresa mantuviera unos elevados estándares de puntualidad en sus servicios públicos.
Sin embargo, la situación ha dado un giro radical: tras la reforma promovida por la ministra de Transportes, las condiciones son mucho más restrictivas: sólo si el tren presenta un retraso de entre 60 y 90 minutos, se recuperará el 50 % del importe, y sólo si insiste la hora y media se recuperará el 100% del precio pagado por el viajero. Se trata de una pérdida evidente para los consumidores que deben aceptar retrasos largos sin compensación directa.
Los números devienen muy elocuentes: el verano pasado más de 12,5 millones de viajeros utilizaron el AVE de larga distancia y sólo 440.000 de los afectados han conseguido, de acuerdo con la nueva norma, recuperar el importe del billete. Esto significa, entre otras cosas, que el gran número de usuarios afectados por la prolongación de viajes se quedó sin compensación alguna.