Lo que comenzó como un acuerdo histórico cargado de expectativas hoy atraviesa su momento más delicado. El vínculo entre Spotify y el FC Barcelona, celebrado en 2022 como la unión perfecta entre innovación y deporte, se enfrenta a tensiones financieras, retrasos en las obras del Camp Nou y un clima de incertidumbre que pone a prueba la solidez de la alianza.
Las dudas se multiplican a medida que Spotify arrastra pérdidas millonarias y el club catalán posterga una y otra vez la reapertura de su estadio. En un contexto en el que la confianza resulta tan valiosa como el dinero, ambos socios se ven obligados a repensar los términos de un patrocinio que, lejos de ser el idilio esperado, hoy amenaza con convertirse en un campo minado.
5Un futuro en el aire: ¿renovación o ruptura?

El desenlace de esta historia todavía no está escrito, pero los indicios no son alentadores. El Barça depende de los más de 65 millones de euros que anualmente inyecta Spotify, una cifra que le permite sostener fichajes, salarios y parte de su estrategia de expansión global. Sin embargo, la empresa sueca comienza a cuestionarse si vale la pena mantener un patrocinio que no rinde como se esperaba.
Algunos directivos del club han dejado entrever la intención de renegociar el contrato una vez inaugurado el nuevo estadio, convencidos de que el valor de la marca Barça se disparará con un Camp Nou renovado. Pero esta ambición puede chocar con una realidad muy distinta: un socio que, en vez de ampliar, podría buscar reducir su exposición.