Esta semana, un documento judicial ha puesto en el centro del debate una aparente contradicción dentro de Google. Mientras que públicamente defiende la buena salud de la web abierta y la importancia de mantenerla viva, en los tribunales ha señalado que ese mismo ecosistema «ya está en rápido declive». La diferencia de discursos ha generado sorpresa en el sector, sobre todo porque afecta de manera directa a los medios de comunicación y a la publicidad digital.
Google, que en paralelo enfrenta procesos judiciales por abuso de posición dominante, intenta mostrar una versión sólida ante el público y otra más vulnerable ante la justicia, con el fin de esquivar sanciones severas. Sin embargo, la controversia expone la fragilidad de un modelo que ha sostenido durante dos décadas buena parte del negocio en internet.
3La mirada de la justicia estadounidense

La jueza Leonie Brinkema, encargada de supervisar este caso, no determinó que Google ejerciera monopolio en la publicidad display como tal. Su fallo se centró en el vínculo ilegal entre los servidores publicitarios para medios (DFP) y el mercado de anuncios (AdX), integrados en Google Ad Manager. Esa integración, considerada anticompetitiva, es la que hoy se encuentra bajo la lupa del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El contexto legal es complejo. Por un lado, otro juez, Amit Mehta, ya había fallado contra Google al considerar que ejercía monopolio en las búsquedas. Sin embargo, también reconoció que la irrupción de la inteligencia artificial ha introducido un nuevo escenario competitivo, lo que suavizó las medidas contra la empresa. En este nuevo proceso, la atención se centra en cómo se reorganizará el mercado publicitario y si Google deberá desprenderse de piezas clave de su infraestructura para restaurar la competencia.