El dolor de espalda es una de las dolencias más frecuentes en la vida moderna. Afecta tanto a jóvenes como a adultos y puede convertirse en un problema incapacitante si no se trata de manera adecuada. Aunque muchas veces se asocia al paso de los años, lo cierto es que este malestar no distingue edades. Pasar largas horas sentado frente al ordenador, mantener malas posturas o realizar esfuerzos físicos sin la preparación adecuada son solo algunas de las causas más comunes.
En los últimos años, diferentes estudios han confirmado que el dolor de espalda es la segunda causa de consulta médica más habitual, solo superada por los resfriados. En la mayoría de los casos, no se trata de una enfermedad grave, pero sí de una señal que indica que algo no marcha bien en nuestro estilo de vida. Por eso, comprender sus orígenes y aprender a prevenirlo es fundamental para mejorar nuestra calidad de vida.
1Las causas más comunes del dolor de espalda

El dolor de espalda puede deberse a múltiples factores, algunos evidentes y otros más complejos. Uno de los principales es la falta de actividad física, según informó la doctora Ana Pérez Ballesta. El sedentarismo debilita la musculatura que sostiene la columna, haciendo que cualquier movimiento brusco pueda generar molestias.
Otra causa habitual es la postura inadecuada. Trabajar durante horas en una silla que no es ergonómica, dormir en un colchón desgastado o cargar objetos pesados sin la técnica correcta son situaciones que tarde o temprano pasan factura. A esto se suma el estrés, que muchas veces provoca contracturas musculares y aumenta la tensión en la zona cervical y lumbar.
También existen patologías más específicas como las hernias discales, la escoliosis o la artrosis, que requieren un diagnóstico profesional. En estos casos, el dolor de espalda no se limita a una molestia ocasional, sino que puede convertirse en un problema crónico que necesita tratamiento especializado.