En la historia de la Casa Real española, las tradiciones han jugado un papel esencial para sostener su imagen pública. Sin embargo, algunas de ellas parecen llegar a su fin. La periodista Pilar Eyre advierte que la vocación marinera, presente en varias generaciones de reyes, se apagará con Felipe, marcando un antes y un después en el relato monárquico.
El mar fue durante décadas un escenario de cercanía y símbolo de fortaleza para la Corona. Alfonso XIII, don Juan y Juan Carlos I forjaron esa relación casi vital con las aguas, consolidando la figura del “rey marinero”. Pero Eyre señala que la continuidad ya no está asegurada, y con Felipe podría terminar una de las señas de identidad más emblemáticas.
2El peso de la modernidad y el cambio de imagen sobre Felipe

No es un secreto que la Familia Real española atraviesa una etapa de renovación. En un tiempo en el que la monarquía se enfrenta a cuestionamientos, se busca proyectar una imagen más cercana, adaptada a los tiempos y a las exigencias de la sociedad. Este viraje también se traduce en la forma de presentarse ante la opinión pública.
Mientras que Juan Carlos I reforzaba su perfil a través de gestos que lo vinculaban con la tradición, la figura de Felipe se ha construido desde la sobriedad y la prudencia. El rey actual se aleja de cualquier exceso y prefiere proyectar una imagen de responsabilidad institucional. En ese marco, la tradición marinera no tiene el mismo peso simbólico que antaño.
A ello se suma que la reina Letizia nunca compartió esta afición. Eyre señala que, de haberlo hecho, habrían formado una pareja icónica en las regatas. Sin embargo, su desinterés por el mar contribuyó a que esa costumbre no tuviera el mismo protagonismo en esta etapa de la monarquía.