El chollo de viaje que encontraste en Instagram parecía la oportunidad de tu vida: una semana en las Maldivas por un precio ridículo, con vuelos y hotel de lujo incluidos. La emoción te pudo y no lo pensaste dos veces. El problema llegó cuando, tras hacer la transferencia, la supuesta agencia de viajes se había esfumado con tu dinero y tus ilusiones. No estás solo. Este timo, que explota nuestros deseos de viajar barato, se ha multiplicado en redes sociales.
Lo que antes eran engaños burdos ahora son tramas muy sofisticadas. La historia de Laura, que perdió 1.200 euros en una falsa escapada a la Costa del Sol, es un reflejo de una nueva era del fraude digital, donde estos perfiles fraudulentos utilizan técnicas cada vez más pulidas para engañar a miles de usuarios. ¿Cómo lo hacen para parecer tan reales y cómo puedes protegerte de estas agencias fantasma que pueblan la app de fotos más famosa del mundo? Sigue leyendo.
EL CANTO DE SIRENA DIGITAL: ASÍ TE ATRAPAN EN SU RED

Todo empieza con una publicación que te corta la respiración en tu ‘feed’ de Instagram. Una playa paradisíaca, un hotel de diseño o una aventura en una capital europea a un coste que parece un error tipográfico. El poder de este escaparate visual es inmenso y los estafadores lo saben, por eso el gancho siempre es un precio absurdamente bajo para destinos exóticos o muy demandados. Juegan con el impulso, con la idea de que has encontrado el secreto mejor guardado para viajar.
Una vez captan tu atención, la maquinaria de la persuasión se pone en marcha. Usan tácticas de escasez con mensajes como «¡últimas 4 plazas!» o «la oferta termina en 2 horas». El objetivo es claro: crean una falsa sensación de urgencia para que tomes una decisión impulsiva sin verificar la información. La presión por no perder la oportunidad de tu vida anula tu sentido crítico, llevándote a contactar por mensaje directo en esta plataforma sin pensarlo dos veces.
CONSTRUYENDO EL ESPEJISMO PERFECTO
El perfil de la agencia parece impecable, pero es una fachada cuidadosamente construida. La clave para que su trampa funcione en Instagram es aparentar legitimidad y éxito, y para ello no dudan en crear un espejismo digital. Lo más habitual es que roban fotos y vídeos de alta calidad de ‘influencers’ y viajeros reales para construir un ‘feed’ atractivo y creíble. Así, su muro de publicaciones parece el de una empresa solvente y con una larga trayectoria de clientes felices.
Pero la cosa no acaba ahí. Para reforzar esa imagen de fiabilidad, recurren a la compra de ‘engagement’ falso. Un perfil con miles de seguidores y comentarios elogiosos siempre inspira más confianza, ¿verdad? Pues compran seguidores y utilizan bots para generar comentarios positivos que simulan una comunidad de clientes satisfechos. Frases como «¡El mejor viaje de mi vida, gracias!» o «Súper profesionales, repetiré» inundan sus publicaciones, creando una falsa prueba social que te empuja a confiar en ellos.
¿DEMASIADO BONITO PARA SER VERDAD? LAS SEÑALES DE ALARMA

La primera gran bandera roja suele aparecer en el momento del contacto. Una agencia de viajes seria ofrece múltiples vías de comunicación: teléfono, correo electrónico, una oficina física o, al menos, una dirección fiscal clara en su web. En estos casos, la comunicación se limita exclusivamente a los mensajes directos de Instagram evitando cualquier otro canal más rastreable. Si pides un número de teléfono, te darán largas o directamente dejarán de contestar. Es una señal inequívoca de que algo no va bien en la red social.
El momento decisivo que delata el fraude casi siempre es el pago. Las empresas legítimas utilizan pasarelas de pago seguras, TPV virtual o transferencias a cuentas de empresa verificadas. Los estafadores, en cambio, exigen pagos a través de métodos no seguros como transferencias a cuentas personales o plataformas sin protección al comprador. Si te piden que pagues unas vacaciones a través de Bizum a un particular, huye. Es el paso final de la estafa antes de desaparecer de tu Instagram para siempre.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL SOFISTICA EL ENGAÑO
El avance tecnológico se ha convertido en el mejor aliado de estos ciberdelincuentes. La nueva frontera del timo en Instagram llega de la mano de la inteligencia artificial, que les permite crear engaños casi perfectos con un esfuerzo mínimo. ¿Esa foto espectacular del resort en Tailandia? Podría no ser real, ya que la IA generativa permite crear imágenes hiperrealistas de hoteles y paisajes que nunca han existido. Esto les da un catálogo infinito de destinos falsos con los que atraer víctimas en la plataforma de Meta sin robar contenido.
Pero la IA no solo crea imágenes, también construye el relato. Los textos de las publicaciones, las descripciones de los viajes e incluso las respuestas a tus primeras preguntas pueden estar generadas por una máquina. De esta forma, los textos de las publicaciones y las respuestas automáticas están redactados por IA para sonar profesionales y convincentes. Esta tecnología les permite gestionar cientos de conversaciones a la vez en Instagram, manteniendo una apariencia de empresa seria y eficiente que hace muy difícil detectar el fraude.
¿Y AHORA QUÉ? PASOS A SEGUIR SI YA HAS CAÍDO EN LA TRAMPA

Si te das cuenta de que has sido estafado, no te quedes paralizado por la vergüenza o la rabia. Actuar rápido es fundamental. Guarda capturas de pantalla de toda la conversación, del perfil de Instagram y del comprobante de pago. Con toda esa información, lo primero es contactar con tu banco para intentar cancelar la transacción y recopilar todas las pruebas posibles. Después, acude a la Policía Nacional o la Guardia Civil para interponer una denuncia formal. Cada minuto cuenta.
Además de las acciones legales, tu colaboración en el plano digital es crucial para frenarles. La visibilidad que da Instagram es un arma de doble filo que también podemos usar a nuestro favor. Por eso, denunciar el perfil en Instagram y compartir tu experiencia ayuda a proteger a otros posibles afectados. Aunque recuperar el dinero sea complicado, evitar que otras personas caigan en la misma trampa que tú es una pequeña victoria en este complejo mundo de las ‘stories’.