Hay un pueblo que en octubre recupera su alma y se convierte en el secreto mejor guardado de la costa española, y es que según nos cuenta un experto en viajes, un guía turístico con décadas de experiencia nos ha confesado su secreto mejor guardado para una escapada perfecta. ¿Imaginas un lugar donde el tiempo se detiene y las aglomeraciones del verano son solo un recuerdo lejano? Sigue leyendo, porque esta revelación puede cambiar tus planes de otoño.
La magia de viajar fuera de temporada reside en encontrar la autenticidad perdida, y esta villa marinera es el ejemplo perfecto de ello, ya que la clave está en visitarlo cuando todos los demás se han ido y el ritmo de vida vuelve a ser el de siempre. Es una oportunidad única para vivir una experiencia real, donde el sonido de las olas y el olor a salitre lo dominan todo, ofreciendo una conexión genuina con el entorno.
¿POR QUÉ MALPICA Y POR QUÉ AHORA?
Cuando le preguntas a Jorge por su rincón favorito, no duda ni un segundo. Octubre es su mes predilecto para volver a este rincón de la Costa da Morte, porque según él, el verdadero encanto de la costa gallega emerge cuando el bullicio del verano desaparece. Es entonces cuando la luz dorada del otoño baña las casas del puerto y la atmósfera se carga de una tranquilidad casi mágica, imposible de encontrar en agosto.
No se trata solo de la calma, sino de la esencia. Malpica en otoño es un regreso a los orígenes, un lugar donde la vida pesquera marca el pulso diario de este enclave gallego, dado que puedes sentir el latido auténtico de la localidad en el ir y venir de los barcos. Es una postal viva que te permite charlar con los marineros y entender por qué este lugar ha enamorado a tantos viajeros que buscan algo más que sol y playa.
LA PROMESA DE UNA PLAYA KILOMÉTRICA PARA TI SOLO
Uno de los grandes tesoros que esconde Malpica es su entorno natural, con la impresionante playa de Razo a pocos minutos, pues para Formento, la sensación de tener siete kilómetros de arena y mar bravo solo para ti es algo impagable. Caminar por la orilla con la única compañía del rumor del Atlántico es un lujo que este paraje ofrece sin reservas a quienes lo visitan cuando el frío empieza a asomar.
Pero este destino de otoño es mucho más que un simple arenal. Justo detrás se encuentra el espacio natural de Razo-Baldaio, un complejo de dunas, marismas y una laguna que es un paraíso para los amantes de las aves, porque la naturaleza se muestra en su estado más puro y salvaje, invitando a largos paseos. Aquí, la conexión con el paisaje es total, una inyección de energía que redefine el concepto de escapada a la costa.
EL SECRETO MEJOR GUARDADO DEL PUEBLO: MARISCO A PRECIO DE COFRADÍA
Hablemos de lo que de verdad importa a muchos: la gastronomía. Jorge se ríe cuando recuerda lo que pagó por su última mariscada en verano en otros lugares, ya que en este municipio, el marisco sabe mejor y cuesta casi la mitad cuando no hay que servir a miles de turistas. Percebes, navajas, lubinas salvajes… El producto llega directo de la lonja al plato, con un sabor que solo el mar Cantábrico puede ofrecer.
La experiencia culinaria va más allá del precio. Se trata de sentarse en una de las pequeñas tabernas del puerto de esta aldea pesquera y disfrutar del ambiente, pues compartir mesa cerca de los pescadores que han capturado esa misma mañana tu comida no tiene precio. Es en esos pequeños detalles, en esas conversaciones improvisadas, donde descubres el verdadero carácter de este pueblo marinero.
MÁS ALLÁ DE LA ARENA: UN LABERINTO DE CALLEJUELAS CON ALMA
Malpica es un pueblo para caminarlo sin prisa, para dejarse llevar por su laberinto de cuestas y calles estrechas que desembocan en el mar, ya que perderse por su casco antiguo es como viajar a una época en que la vida giraba solo en torno a la pesca. Cada rincón, cada casa colorida que parece colgar sobre el puerto, cuenta una historia de generaciones de gente de mar que han forjado el carácter de la población.
Desde cualquier punto elevado de este pueblo, las vistas son espectaculares, con el horizonte dominado por las Islas Sisargas, un refugio de aves marinas, puesto que la estampa del puerto con las islas de fondo es una de las imágenes más icónicas de Galicia. Esta joya escondida ofrece postales imborrables que se quedan grabadas en la retina, especialmente cuando el sol empieza a caer y el cielo se tiñe de colores imposibles.
LA EXPERIENCIA COMPLETA: RUTAS DE SENDERISMO Y ATARDECERES DE INFARTO
Para los que necesitan algo más que paseos y buena comida, el entorno de Malpica es un campo de juego perfecto. Este rincón gallego es uno de los puntos clave del Camiño dos Faros, una ruta que recorre los paisajes más salvajes de la costa, porque la ruta de senderismo que bordea los acantilados ofrece unas vistas del Atlántico que cortan la respiración. Es la mejor forma de comprender la inmensidad y la fuerza de este tramo del litoral.
Al final del día, todo se reduce a una sensación. La de encontrar un lugar que te acoge y te regala momentos únicos, como una puesta de sol desde el mirador de la ermita de Santo Hadrián. Este pueblo te despide con un espectáculo de luz y color que te reconcilia con el mundo, confirmando que la verdadera esencia de los lugares se descubre cuando viajas a contracorriente, buscando la autenticidad por encima de todo.