sábado, 6 septiembre 2025

‘La caza. Irati’: Movistar Plus+ estrena la cuarta entrega de la saga con un nuevo misterio en Navarra

La ficción española ha encontrado en el thriller psicológico, el thriller criminal o el «psychological thriller» ese lugar donde desplegar relatos extremos y personajes complejos en paisajes que se erigen como símbolos de lo humano. En este sentido, la saga «La caza» ha conseguido convertir una de las más potentes de la última década, que inició con la sorpresa de su llegada a Televisión Española y que ahora da un paso importante en Movistar Plus+ y su cuarta entrega, que no termina de ser la última: La caza. Irati.

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UNA SAGA QUE NO DEJA DE TRANSFORMARSE

'La caza. Irati': Movistar Plus+ estrena la cuarta entrega de la saga con un nuevo misterio en Navarra
Fuente: Movistar Plus+

Cuando La caza. Monteperdido asalta TVE en el año 2019, lo hace con una serie que, por un lado, tiene la habilidad de volver loco al espectador con un caso criminal, que a primera vista parece simple, pero que progresivamente se va convirtiendo en un estudio social complejo. Frente al caso de las niñas secuestradas en un pueblo del Pirineo aflora un mosaico de secretos, silencios y heridas abiertas que va mucho más allá de la policía que se pueda hacer. Esa primera temporada de La caza hizo nacer La caza.

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Tramuntana, en medio de la sierra de Mallorca, y La caza. Guadiana, que plantaba el escenario en la frontera entre España y Portugal. En cada nueva temporada, la geografía se sumaba como motor de la narración. El paisaje no fue un mero decorado, sino una fuerza invisible que condicionaba las emociones, el ritmo y los conflictos de los personajes. A partir de esta trilogía, muchos pensaban que el ciclo se había cerrado de manera natural. Pero la proposición de trasladar la serie a Movistar Plus+ abrió otra dimensión.

Agustín Martínez, además, ha defendido que cada temporada ha nacido como una historia acabada, y eso hace que la saga imprima un sentido del “mundillo” que la saca de la monotonía de la repetición, pero también se pueda ir reinventado en nuevas entregas y en las que no pierda credibilidad. Esa fórmula de antología, si le concedemos el privilegio del término, de una trama temática más que argumental, ha sido la clave desde hace cuatro entregas para el desarrollo de la frescura de la saga.

Paralelamente, Irati no es un elemento más que se introduce en el relato como un añadido, sino que es la continuación natural, un nuevo contexto, un nuevo crimen, una nueva vuelta de tuerca para poder llegar más allá de los miedos más ocultos del colectivo de una sociedad aislada. El espectador sabe que con Irati está el territorio de «La caza» pero también el espectador percibe que toca una modalidad más oscura, más arriesgada.

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