viernes, 5 septiembre 2025

¿Es seguro el atún en lata? La OCU desvela los riesgos reales de la conserva favorita

El debate sobre el consumo de pescado en Europa ha vuelto a acaparar los titulares, y la OCU busca respuestas entre la nube de opiniones generalizadas. La razón es la decisión de algunas ciudades de Francia de eliminar el atún en conserva de los menús escolares, alegando la presencia de mercurio en un alimento tan popular. Esta noticia ha generado incertidumbre entre los consumidores y las familias, que se plantean si dar atún a los niños puede llegar a ser una práctica peligrosa para la salud.

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LA SITUACIÓN EN ESPAÑA SEGÚN LA OCU

Fuente: Freepik

Cuando las ciudades de París, Lyon, Lille o Montpellier hicieron pública la decisión de retirar el atún en conserva de los comedores escolares, el debate trascendió directamente a la prensa internacional. La medida se justificó, en efecto, en el principio de precaución, pero no en la posibilidad de estar infringiendo la norma. En otras palabras, el atún servía dentro de las cifras registradas por los parámetros de la Unión Europea, pero los responsables decidieron retirarlo para «evitar riesgos», y nadie se aventuró a decir lo contrario.

La reacción en España fue bien diferente. AESAN se apresuró en recordar que, en nuestro país, los controles oficiales, de manera rutinaria, no descubrían irregularidades en el atún en conserva comercializado. Por otro lado, los datos de que disponemos estiman que los niveles medios de mercurio en las conservas oscilan sobre los 0,14 mg/kg, es decir, por debajo del límite legal europeo.

Otro elemento que hay que tener en cuenta es la especie que se utiliza en la elaboración de las conservas. En nuestro país predomina el atún claro (Yellowfin) y el listado (Skipjack), de menor tamaño y capacidad de acumulación de mercurio que el atún rojo. Es decir, que el atún en conserva que come el consumidor español, como ha ido expuesto, presenta en su mayoría un menor riesgo toxicidad que variedades de atunes grandes y longevas.

Los análisis realizados por instituciones independientes, como la OCU, corroboran el mensaje que se transmite. En sus estudios no se identifican riesgos sanitarios relevantes asociados al consumo de atún enlatado. Las disparidades entre marcas se situaban en términos de sabor, textura, etiquetado o precio, pero no en seguridad. De este modo, la discusión no debería centrarse tanto en la toxicidad del producto, sino más bien en el uso responsable dentro de una dieta equilibrada.


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