viernes, 5 septiembre 2025

David Jiménez (41), entrenador personal: «Hacer 1.000 abdominales no te quitará la barriga, pero este ejercicio de 3 minutos sí quema la grasa de la zona»

El error fundamental que cometen millones de personas en el gimnasio y en casa cada día. Por qué el ejercicio más famoso para un vientre plano es, en realidad, el menos efectivo de todos.

El ejercicio más icónico para conseguir un vientre plano es, paradójicamente, el que menos funciona para ese propósito. ¿Quién no ha pasado incontables horas en el suelo, haciendo series interminables de abdominales con la esperanza de ver desaparecer esa grasa localizada? Es una imagen universal, un rito de paso en cualquier intento por ponerse en forma. Sin embargo, la cruda realidad es que podrías hacer miles y el resultado sería siempre el mismo: frustración.

Esta obsesión por los encogimientos abdominales se basa en una idea tan extendida como errónea. Creemos que trabajando un músculo de forma aislada, quemaremos la grasa que lo recubre. Pero la fisiología humana no funciona así. Es un esfuerzo mal enfocado, un callejón sin salida que solo consigue agotar nuestra motivación. Por suerte, existe un enfoque radicalmente distinto, un tipo de ejercicio mucho más inteligente, pues existe un enfoque mucho más eficaz que activa el cuerpo de forma global para atacar la grasa acumulada.

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EL GRAN MITO DEL ABDOMINAL: POR QUÉ ESTÁS PERDIENDO EL TIEMPO

Desmontando la creencia popular que nos ha hecho sudar en vano durante décadas.
Desmontando la creencia popular que nos ha hecho sudar en vano durante décadas. Fuente Freepik.

La principal razón por la que matarse a hacer abdominales no sirve para quitar la barriga es un concepto conocido como «reducción de grasa localizada». O, mejor dicho, la imposibilidad de llevarla a cabo. Puedes hacer todo el ejercicio del mundo enfocado en tu abdomen, pero tu cuerpo no entiende de zonas. Cuando necesita energía, la obtiene de las reservas de grasa de todo el cuerpo, no necesariamente de la que está más cerca del músculo que trabaja, porque los abdominales tradicionales fortalecen el recto abdominal, pero tienen un impacto casi nulo en la capa de grasa que lo recubre.

Es como intentar vaciar una piscina sacando agua solo de una esquina; el nivel bajará por igual en todas partes. Tu cuerpo decide de dónde coge la grasa en función de factores genéticos y hormonales, no de tus deseos. Por eso, aunque tengas unos músculos abdominales fuertes como una roca gracias a tu rutina, estos seguirán ocultos bajo la misma capa de tejido adiposo. Es un ejercicio que fortalece, pero no define por sí solo, ya que el cuerpo decide de dónde extrae la energía (grasa) en función de la genética, no del músculo que se esté trabajando.

LA DIFERENCIA CLAVE: MOVIMIENTOS AISLADOS FRENTE A MOVIMIENTOS GLOBALES

Aquí es donde la ciencia del entrenamiento nos abre los ojos. La clave para quemar grasa de forma eficiente no está en aislar, sino en integrar. Un abdominal clásico es un movimiento de aislamiento: solo implica a un grupo muscular muy concreto y pequeño. Por lo tanto, el gasto calórico que supone para tu cuerpo es mínimo. Es un ejercicio que apenas eleva tus pulsaciones ni exige un gran esfuerzo a tu sistema metabólico, pues un movimiento que implica un solo grupo muscular pequeño tiene un coste energético muy bajo para el organismo.

Ahora compáralo con un movimiento compuesto, como una sentadilla. Al hacerla, no solo trabajas los cuádriceps, sino también los glúteos, los isquiotibiales, la espalda baja y el abdomen para estabilizarte. Estás movilizando una cantidad de masa muscular infinitamente mayor. Esta actividad física global obliga a tu cuerpo a reclutar muchísimos más recursos, a bombear más sangre y a quemar muchas más calorías, no solo durante, sino también después, ya que el cuerpo necesita quemar muchas más calorías para alimentar a los músculos grandes que para un pequeño encogimiento abdominal.

EL EJERCICIO ‘SECRETO’ QUE LO CAMBIA TODO

La revelación de un movimiento que trabaja todo el cuerpo y dispara tu metabolismo en tiempo récord.
La revelación de un movimiento que trabaja todo el cuerpo y dispara tu metabolismo en tiempo récord. Fuente Freepik.

Entonces, ¿cuál es ese ejercicio mágico de 3 minutos? No es una fórmula secreta, sino la aplicación inteligente de este principio. Hablamos de movimientos como las planchas dinámicas o las sentadillas con salto. Pensemos en una plancha con escaladores (‘mountain climbers’): mantienes la tensión abdominal de una plancha estática, pero le añades un componente cardiovascular y el movimiento de las piernas, implicando a todo el cuerpo. Es un ejercicio metabólicamente muy demandante, ya que la clave está en los movimientos compuestos que combinan la estabilidad del core con el trabajo de grandes grupos musculares.

Una rutina de tres minutos podría consistir en alternar 40 segundos de este tipo de ejercicio con 20 segundos de descanso. Por ejemplo, una serie de sentadillas, seguida de una de plancha con escaladores y terminando con unos ‘burpees’. Esta combinación es una auténtica bomba metabólica. No solo quema una cantidad de calorías muy superior a la de los abdominales, sino que genera una respuesta hormonal que favorece la quema de grasa general, porque este tipo de rutina eleva la frecuencia cardíaca y activa el metabolismo de una forma que mil abdominales jamás conseguirían.

LA CIENCIA DETRÁS DEL MOVIMIENTO INTELIGENTE

La magia de este tipo de entrenamiento no termina cuando dejas de sudar. De hecho, es ahí cuando empieza lo mejor. Este tipo de ejercicio intenso y de cuerpo completo provoca lo que se conoce como efecto EPOC (Exceso de Consumo de Oxígeno Post-ejercicio). En palabras sencillas, tu cuerpo se queda tan revolucionado que necesita seguir trabajando a un ritmo elevado durante horas para volver a la normalidad, reparando fibras musculares y reponiendo energía, pues el cuerpo sigue quemando calorías a un ritmo elevado durante horas después de haber terminado para recuperarse del esfuerzo.

Además, esta clase de actividad deportiva tiene un impacto hormonal muy positivo. Estimula la producción de hormonas como la testosterona y la hormona del crecimiento, ambas implicadas en la construcción de músculo y la oxidación de grasas. Por el contrario, un entrenamiento ineficaz y frustrante puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que curiosamente favorece la acumulación de grasa precisamente en la zona abdominal. Por lo tanto, la elección del movimiento correcto es fundamental, ya que la activación de grandes cadenas musculares provoca una respuesta hormonal mucho más favorable para la quema de grasa.

CÓMO INTEGRAR ESTA RUTINA EN TU VIDA (Y VER RESULTADOS)

El plan de acción definitivo: cómo aplicar este conocimiento en tu día a día sin necesidad de ir al gimnasio.
El plan de acción definitivo: cómo aplicar este conocimiento en tu día a día sin necesidad de ir al gimnasio. Fuente Freepik.

La belleza de este enfoque es que no necesitas equipamiento ni mucho tiempo. Puedes hacerlo en el salón de tu casa. La clave es la intensidad y la constancia. Un protocolo simple y efectivo es el método Tabata: 20 segundos de un ejercicio de alta intensidad, seguidos de 10 segundos de descanso, repetido 8 veces. Esto suma 4 minutos de un trabajo increíblemente eficaz que puedes hacer con sentadillas con salto, flexiones o ‘burpees’. Es corto, pero brutalmente efectivo, porque la constancia en la práctica de estos movimientos cortos e intensos es mucho más importante que la duración de la sesión.

Al final, el camino hacia un vientre más plano no pasa por castigarse en el suelo con cientos de abdominales, sino por entender cómo funciona tu cuerpo y darle el estímulo que realmente necesita. Se trata de cambiar el enfoque, de pasar de la obsesión por una parte del cuerpo a una visión global de la salud y el movimiento. El último ejercicio que necesitas es uno que te frustre. Lo que de verdad funciona es un reto corto, intenso y global, pues el verdadero cambio llega cuando se sustituye el esfuerzo ineficaz por el movimiento inteligente y consciente.


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