miércoles, 3 septiembre 2025

Dr. Javier Puertas (65), cardiólogo: «Caminar 10.000 pasos está bien, pero el único ejercicio que de verdad blinda su corazón a partir de los 70 es este»

El mito de los 10.000 pasos esconde una verdad incómoda para tu salud. Un cardiólogo revela el tipo de movimiento que realmente rejuvenece tus arterias.

El mejor ejercicio para blindar el corazón ha sido siempre un tema de debate, y durante años hemos creído en el mantra de los 10.000 pasos. Pero, ¿y si te dijera que, pasada cierta edad, el verdadero secreto para un corazón de hierro podría ser otro? Esta actividad física, a menudo subestimada, es la que marca la diferencia entre envejecer bien y simplemente envejecer, abriendo una puerta que muchos ni se habían planteado cruzar.

¿Te imaginas poder revertir parte del reloj biológico de tus arterias con una rutina sencilla? No hablamos de correr maratones ni de hazañas sobrehumanas, ya que la clave está en un tipo de movimiento que muchos ignoran por completo. Es algo tan accesible que podrías empezar hoy mismo en tu salón, un gesto que protege tu motor vital de una forma que ni mil paseos podrían igualar. Sigue leyendo, porque la respuesta te sorprenderá.

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¿POR QUÉ LOS 10.000 PASOS SE HAN QUEDADO CORTOS?

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Caminar es, sin duda, una de las mejores decisiones que podemos tomar por nuestra salud. La famosa cifra de los 10.000 pasos, que nació más de una campaña de marketing japonesa que de un estudio científico riguroso, se convirtió en el estándar de una vida sana. Esta rutina diaria es fantástica para mejorar la circulación, controlar la tensión arterial y despejar la mente, pero caminar es beneficioso pero no previene la pérdida de masa muscular. A partir de cierta edad, este factor se vuelve absolutamente crítico.

El problema de fondo es la sarcopenia, esa pérdida progresiva de músculo y fuerza que nos acecha silenciosamente con el paso de los años. Puedes cumplir religiosamente con tus pasos diarios y, sin embargo, sentir que cada vez te cuesta más levantar la bolsa de la compra o incorporarte de una silla. Ese ejercicio cardiovascular no ataca la raíz del problema y, sin un cuerpo fuerte que lo sostenga, un corazón sano está trabajando en un chasis cada vez más frágil. Esta práctica saludable es solo una parte de la ecuación.

EL MÚSCULO, ESE GRAN OLVIDADO QUE PROTEGE TU CORAZÓN

Durante décadas, hemos asociado el músculo con la estética o el culturismo, ignorando su papel fundamental como órgano endocrino. Cada vez que contraes un músculo, este libera cientos de sustancias que actúan como medicinas naturales para tu cuerpo. Un buen nivel de masa muscular ayuda a regular el azúcar en sangre, reduce la inflamación sistémica y mejora el metabolismo, por eso un ejercicio específico es vital. Al final, los músculos son los grandes aliados metabólicos del sistema cardiovascular, trabajando en silencio para mantener todo en equilibrio.

Piénsalo de esta manera: un cuerpo con una musculatura tonificada es más eficiente. El corazón no tiene que esforzarse tanto para bombear sangre y nutrientes a través del sistema. Este entrenamiento físico reduce la carga de trabajo de tu motor principal, permitiéndole funcionar de forma más relajada y longeva. Por lo tanto, fortalecer tus músculos no es una cuestión de vanidad, es una estrategia directa y poderosa para proteger tu corazón. Es el mejor ejercicio que le puedes regalar a tus arterias, un corazón fuerte necesita el soporte de un cuerpo igualmente robusto.

LA «PÍLDORA MÁGICA»: ¿QUÉ EJERCICIO ES Y CÓMO EMPEZAR?

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La respuesta que los cardiólogos como el doctor Puertas cada vez defienden con más vehemencia es el ejercicio de fuerza. Olvídate de imágenes de gimnasios abarrotados y pesas descomunales. Hablamos de un fortalecimiento muscular suave, progresivo y totalmente adaptado a las capacidades de cada persona. Esta rutina de fuerza se puede realizar perfectamente en casa con unas simples bandas elásticas, unas mancuernas de uno o dos kilos o incluso utilizando el propio peso corporal. El objetivo no es levantar más, sino mantener y activar la musculatura para que no se atrofie.

El secreto para empezar es hacerlo de forma sencilla y sin agobios. Comienza con dos sesiones a la semana en días no consecutivos. Un buen punto de partida es el simple gesto de levantarse y sentarse de una silla diez veces seguidas, sin usar las manos. O coger dos botellas de agua y hacer flexiones de bíceps. Este ejercicio es más potente de lo que parece, pues lo importante es enviar al músculo la señal de que todavía lo necesitas. Esta actividad adaptada es la que marcará la diferencia real en tu calidad de vida.

MÁS ALLÁ DE LA FUERZA: BENEFICIOS QUE NADIE TE CUENTA

Cuando pensamos en el ejercicio de fuerza, la mente se va directa al corazón o a los bíceps, pero sus efectos van mucho más allá. Uno de los beneficios más inmediatos y cruciales para las personas mayores es la mejora del equilibrio y la coordinación. Fortalecer las piernas y el core reduce drásticamente el riesgo de caídas, uno de los mayores peligros para la autonomía y la salud a partir de los 70 años. De repente, ganarás una seguridad en tus movimientos que creías perdida para siempre. Mantenerse activo así te cambia la vida.

Pero el impacto también es cerebral. Cada vez más estudios demuestran la potente conexión entre la fuerza muscular y la salud cognitiva. Este tipo de ejercicio estimula la creación de nuevas conexiones neuronales, protege contra el deterioro cognitivo y mejora el estado de ánimo de una forma espectacular. Al sentirte más fuerte y capaz, tu autoestima se dispara y la sensación de control sobre tu propia vida regresa. No es solo un deporte suave, la fuerza física se traduce directamente en una inquebrantable fortaleza mental.

EL SECRETO NO ES LA INTENSIDAD, SINO LA CONSTANCIA

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Mucha gente no empieza por miedo a lesionarse o por la creencia de que «ya es demasiado tarde. Nada más lejos de la realidad. El cuerpo humano tiene una capacidad de adaptación asombrosa a cualquier edad. El truco no está en hacer un ejercicio extenuante un día a la semana, sino en integrar pequeños gestos de fuerza en tu rutina varias veces por semana. Es preferible hacer diez minutos tres días que una hora de golpe. Una vida activa se construye paso a paso, la constancia es mucho más poderosa que la intensidad esporádica.

Así que la próxima vez que te centres únicamente en contar pasos, recuerda que tus músculos te están pidiendo atención. Son ellos los que sostendrán tu independencia, protegerán tu mente y, sobre todo, blindarán ese corazón que te ha acompañado toda la vida. No se trata de abandonar los paseos, sino de complementarlos con ese ejercicio que de verdad te hará más fuerte por dentro y por fuera. Al fin y al cabo, el mejor plan de pensiones para tu cuerpo es invertir en tu propia fuerza, un tesoro que te regalará no solo más años de vida, sino más vida a tus años.


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