miércoles, 3 septiembre 2025

Cómo los robots humanoides entrenados con IA lingüística ya están marcando un nuevo hito en la automatización industrial

Lejos de ser una promesa lejana, los robots humanoides comienzan a ocupar un espacio tangible en la industria. La combinación de hardware avanzado con modelos de lenguaje está acelerando su integración en plantas de producción, cadenas logísticas y servicios industriales.

Empresas de referencia en tecnología y manufactura ya experimentan con prototipos que buscan pasar de la fase de laboratorio al trabajo real en fábrica.

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El impacto económico es cada vez más visible. Según un informe de la consultora Allied Market Research, el mercado global de robótica humanoide podría superar los 17.000 millones de dólares en 2027, con un crecimiento anual superior al 30%.

Esta previsión refleja la expectativa de que la siguiente ola de automatización no dependerá únicamente de máquinas especializadas, sino de plataformas versátiles capaces de ejecutar múltiples tareas.

Robots humanoides en el núcleo de la estrategia tecnológica

NVIDIA, Tesla y Amazon representan tres aproximaciones distintas al mismo fenómeno. En el caso de NVIDIA, la compañía se ha posicionado como la base tecnológica sobre la que se desarrollan muchos de estos sistemas. Su ecosistema Jetson, junto con Isaac Sim, proporciona las herramientas necesarias para entrenar, validar y desplegar algoritmos de inteligencia artificial en contextos industriales.

El objetivo es claro: que los robots humanoides no solo repitan movimientos preprogramados, sino que tomen decisiones en tiempo real.

Tesla, por su parte, está utilizando sus propias fábricas como campo de pruebas para Optimus, su proyecto de robot humanoide. Esta estrategia le permite validar el rendimiento en entornos de alta exigencia antes de abrir el producto a otros fabricantes.

En paralelo, Amazon expande su red de automatización, integrando robots autónomos y drones de reparto que anticipan la llegada de humanoides preparados para operar en logística compleja.

Robots humanoides como apuesta global de innovación

El mercado estadounidense cuenta con actores como Figure, respaldada por Jeff Bezos y Microsoft, que desarrolla un robot diseñado para tareas generales. Su modelo Figure 02 busca ser un estándar flexible y escalable, lo que le permitiría integrarse tanto en manufactura como en servicios.

Mientras tanto, en Europa, el debate se centra en la soberanía tecnológica. Neura impulsa MAiRA, una plataforma humanoide colaborativa orientada a la seguridad y la interoperabilidad, mientras que 1X desarrolla proyectos con el apoyo de OpenAI, apostando por precios competitivos para lograr una adopción masiva.

China no se queda atrás. Unitree está presionando a los competidores occidentales con modelos como el H1 y G1, cuyos precios rondan los 14.500 euros. Aunque queda por comprobar su efectividad en operaciones industriales reales, estos robots humanoides envían un mensaje claro: la competencia ya no se define solo por la sofisticación tecnológica, sino también por el coste de acceso.

Robots humanoides entre la especialización y el ecosistema

Boston Dynamics, propiedad de Hyundai, ha consolidado su reputación con modelos como Atlas o Spot. Aunque no persigue necesariamente la producción masiva, sí ha encontrado aplicaciones rentables en seguridad, construcción e inspección industrial. Este enfoque de nicho contrasta con compañías que buscan crear un ecosistema global de hardware y software capaz de escalar en múltiples sectores.

SoftBank también sigue un camino dual: participa como inversor en firmas emergentes y mantiene su propia línea de desarrollo con productos como Pepper. Esta estrategia le permite capturar beneficios tanto de la innovación directa como de la revalorización de empresas líderes en el ámbito de los robots humanoides.

Robots humanoides y la mirada de los inversores

La gran cuestión para los fondos de inversión especializados es discernir quién liderará esta transformación. Según DNB Asset Management, el dilema se sitúa entre apoyar plataformas escalables que integren hardware, software y servicios, o apostar por fabricantes que se concentren en sectores concretos de alto valor añadido. La clave residirá en identificar qué empresas logran superar la fase de demostración tecnológica para convertirse en actores indispensables de la cadena industrial.

Los analistas coinciden en que la adopción de robots humanoides marcará un cambio estructural similar al que produjo la introducción de los autómatas industriales en el siglo pasado.

Pero en este caso, la diferencia es que se trata de máquinas capaces de aprender, adaptarse y comunicarse mediante lenguaje natural, lo que abre la puerta a un nivel de interacción mucho más cercano al humano.


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