En el corazón de Pedralbes, uno de los barrios más exclusivos y discretos de Barcelona, se levanta una propiedad que ha despertado tanto interés mediático como admiración arquitectónica: la mansión de Pep Guardiola. Más allá de la figura del entrenador, esta casa es hoy un emblema de éxito, discreción y cambio, un lugar donde confluyen la vida privada, el legado familiar y el inevitable paso del tiempo.
La vivienda, de estilo contemporáneo pero respetuosa con la tradición catalana, fue adquirida en 2012 y desde entonces ha acompañado al exentrenador del FC Barcelona en distintas etapas de su vida. No se trata solo de una mansión de lujo; es también un espejo de su identidad, de su forma de entender la vida y, en parte, de su manera de gestionar los éxitos y las transiciones.
2Arquitectura y diseño: un equilibrio entre modernidad y sobriedad

La mansión de Pep Guardiola se distingue por un diseño arquitectónico que evita lo ostentoso para apostar por la elegancia discreta. La fachada, de líneas limpias y acabados claros, proyecta modernidad sin romper con el estilo urbano del barrio.
En el interior, la distribución aprovecha al máximo la luz natural gracias a grandes ventanales que conectan las estancias principales con el jardín y la piscina. Los espacios están pensados para la convivencia familiar, con amplias zonas comunes, un salón principal con chimenea y una cocina abierta que refleja la tendencia contemporánea de integrar ambientes.
La planta superior alberga los dormitorios, todos con vistas privilegiadas a los jardines privados. La suite principal —que fue el espacio personal de Guardiola y su pareja durante años— cuenta con vestidor, baño en suite y salida a una terraza privada que permite contemplar la ciudad sin perder intimidad.
La decoración, según apuntan fuentes cercanas, combina muebles de diseño con piezas artesanales, reflejando la sobriedad y el gusto refinado de Cristina Serra, exesposa de Guardiola, quien estuvo muy implicada en la elección estética de la casa.