La narrativa televisiva encuentra en el suspense su mejor aliado para que el espectador permanezca ante su pantalla, y La Promesa no es una excepción. La reciente desaparición de Ángela ha hecho tambalear los cimientos del palacio, que se convierte en un torbellino de incertidumbres, sospechas, tensiones internas que no amagan poder cambiarlo mucho todo. El destino de la joven protagonista ha llegado a ser la pieza fundamental de un rompecabezas que no parece estar al alcance de nadie.
2INTRIGAS Y TENSIONES ENTRE LOS HABITANTES DEL PALACIO

A la vez que avanza la búsqueda, se va tejiendo y entrelazando también, además de complicar el escenario, otra trama; la reconciliación de Toño y Simona, que no solo aleja la estabilidad, sino que abre un nuevo conflicto con Enora, que, cansada de verdades a medias, reclama para sí la primera condición que debe cumplir una posibilidad de relación: la más total de las sinceridades para que ella esté dispuesta a dar la oportunidad de ser más que la amiga celosa de sendos amantes que, en el palacio de los Luján, puede que dé mucho juego.
Si ese palacio está gobernado por silencios y secretos, aquella sería una verdad implícita que usar como excusa, en un momento, para recordarles lo mucha que cuesta alcanzar la verdad, tal verdad se convertiría en un lujo solo al alcance de algunos. Mientras, la nobleza accede también a lo que sé a sus exigencias en el actual clima de tensión: la negativa absoluta a negociar. En tal caso, a los Luján no les queda más resquicio que hacer lo que no pueden no hacer.
Catalina en «La Promesa», consciente de que se estaba quedando sin opciones, decide tomar una vía más drástica. Sus decisiones hacen que la presión sobre Alonso sea aún mayor y este, intentando tranquilizar las aguas, acaba accediendo a intentar buscar un acercamiento con el barón de Valladares. Pero la negociación es complicada, y cada movimiento se ve más como un movimiento de ajedrez que como una muestra de benevolencia. La política de palacio da cuenta de la fragilidad de un mundo donde las alianzas se forman y se destruyen al compás de los intereses particulares.