lunes, 1 septiembre 2025

Laliga combate la piratería online en América Latina pero en España sigue haciendo el ridículo

-Mientras en América Latina Laliga se asocia con grandes corporaciones para generar un frente común contra la piratería online, en España persiste

El inicio de la temporada futbolística en España no solo ha traído de vuelta la competición en los estadios, también ha reactivado las polémicas en torno a la estrategia de la patronal para frenar las retransmisiones ilegales en Internet.

Lejos de mostrar una actuación ejemplar en su propio territorio, la organización parece multiplicar errores que afectan incluso a páginas ajenas al mundo del fútbol.

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Paradójicamente, mientras en España las acciones de Laliga rozan lo absurdo, en América Latina la institución se presenta como un referente en la lucha contra la piratería digital gracias a acuerdos estratégicos con gigantes del comercio electrónico y programas de colaboración tecnológica.

Dos caras de una misma moneda que ponen de manifiesto la distancia entre un modelo que funciona fuera y otro que, dentro de casa, se percibe como un auténtico ridículo.

¿Por qué la estrategia de Laliga en España genera tanta controversia?

Durante las primeras jornadas de la nueva temporada, la organización deportiva ha vuelto a aplicar bloqueos masivos de direcciones IP. Estas medidas, lejos de centrarse exclusivamente en quienes facilitan el acceso ilícito a retransmisiones, han afectado también a páginas legales y sin relación con la piratería.

La persecución se ha extendido incluso a webs que simplemente comparten servidores o servicios de infraestructura con páginas sospechosas. El resultado es un escenario en el que blogueros o portales tecnológicos son notificados y amenazados por supuesta cooperación con delitos que no han cometido. Una estrategia tan desproporcionada que recuerda a culpar a todos los clientes de una cafetería porque en una de sus mesas alguien comete un delito informático.

El ridículo de los bloqueos indiscriminados

El punto más cuestionado ha sido la estrategia de señalar a páginas que utilizan proveedores como Cloudflare. La lógica empleada por la patronal del fútbol es tan simple como errónea: si desde una IP compartida se detecta actividad ilegal, todos los sitios asociados a esa dirección pasan a estar bajo sospecha.

Con esta política, páginas de contenido educativo, blogs personales o medios especializados acaban recibiendo advertencias en las que se les acusa de ser partícipes de un delito.

El sinsentido resulta evidente: se presiona a los inocentes con la esperanza de que dejen de usar un servicio que también emplean infractores.

El ridículo es aún mayor si se compara esta estrategia con los avances logrados en otras regiones del mundo, donde la colaboración con actores digitales ha permitido dar pasos más sólidos y menos agresivos hacia la protección de contenidos audiovisuales.

Laliga y su contraste con América Latina

Frente al desconcierto que generan sus prácticas en España, Laliga ha encontrado en América Latina un escenario en el que sí logra proyectar eficacia. Allí ha sellado una alianza con Mercado Libre dentro de la Anti-Counterfeiting Alliance, un programa orientado a combatir tanto la falsificación de productos como la piratería online de contenidos audiovisuales.

El acuerdo establece un marco de cooperación para identificar y retirar servicios ilegales, especialmente aquellos relacionados con el IPTV fraudulento y dispositivos diseñados para acceder a retransmisiones sin autorización. Esta estrategia no solo implica a las empresas tecnológicas, sino que también busca la colaboración de autoridades regionales para que las acciones tengan respaldo institucional.

Resultados positivos de Laliga en América Latina

La alianza con Mercado Libre supone un refuerzo significativo en la protección de los derechos audiovisuales en un territorio clave para el consumo digital. A través de programas de detección avanzada, denuncias conjuntas y sensibilización pública, se pretende reducir el impacto de la piratería en un mercado donde la demanda de fútbol europeo es altísima.

Además, la iniciativa refuerza la seguridad de los usuarios de la plataforma, evitando que caigan en fraudes o accedan sin saberlo a servicios ilegales. Para Laliga, la colaboración representa una oportunidad de ampliar su prestigio internacional y demostrar que puede ser parte activa de un ecosistema digital más seguro y responsable.

Dos realidades opuestas para Laliga

El contraste no puede ser más evidente. Mientras en América Latina Laliga se asocia con grandes corporaciones para generar un frente común contra la piratería online, en España persiste en tácticas que se traducen en bloqueos erráticos y acusaciones injustificadas.

Este doble comportamiento deja en evidencia que la institución es capaz de actuar con profesionalidad y rigor cuando colabora con socios estratégicos, pero se convierte en un actor errático cuando decide afrontar el problema en solitario en su propio país. El ridículo no proviene de la voluntad de combatir la piratería, algo legítimo y necesario, sino de los métodos empleados para hacerlo.

A fin de cuentas, el reto está en encontrar un equilibrio: proteger los derechos audiovisuales sin criminalizar a inocentes ni poner en riesgo el ecosistema digital.


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