Adoptar un estilo de vida saludable puede marcar una gran diferencia en la prevención de enfermedades crónicas. Ahora, un nuevo ensayo clínico en España revela que la combinación de la dieta mediterránea, la reducción de calorías y el aumento de la actividad física disminuye en un 31% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en adultos mayores con sobrepeso u obesidad.
Los resultados, publicados en la revista científica The Annals of Internal Medicine, confirman lo que muchos expertos ya intuían: el verdadero éxito no está en una sola medida, sino en la sinfonía de buenos hábitos que, mantenidos en el tiempo, generan un impacto real en la salud. En este artículo te contaremos por qué la dieta mediterránea, siempre que esté acompañada de buenos habitos, puede ser muy beneficiosa para la salud.
4Un eco de investigaciones previas sobre la dieta mediterránea

Este no es el primer trabajo que coloca a la dieta mediterránea en el centro de la prevención de enfermedades. Un ensayo previo ya había demostrado que quienes seguían este patrón alimenticio reducían un 30% el riesgo de diabetes frente a aquellos con una dieta baja en grasas, incluso sin restricciones calóricas ni aumento de actividad física.
Más atrás en el tiempo, en 2002, el histórico Diabetes Prevention Program mostró que perder alrededor de un 7% del peso corporal y realizar ejercicio regular reducía el riesgo de diabetes en un 58%. Aquel ensayo marcó un antes y un después en la investigación sobre prevención.
Otros estudios recientes han ampliado el panorama. Una investigación publicada en Nature Medicine evidenció que una dieta DASH modificada ayudó a pacientes con diabetes a mejorar su control glucémico. Otra, también en la misma revista, vinculó la dieta mediterránea con una menor probabilidad de desarrollar Alzheimer en personas con predisposición genética.