Adoptar un estilo de vida saludable puede marcar una gran diferencia en la prevención de enfermedades crónicas. Ahora, un nuevo ensayo clínico en España revela que la combinación de la dieta mediterránea, la reducción de calorías y el aumento de la actividad física disminuye en un 31% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en adultos mayores con sobrepeso u obesidad.
Los resultados, publicados en la revista científica The Annals of Internal Medicine, confirman lo que muchos expertos ya intuían: el verdadero éxito no está en una sola medida, sino en la sinfonía de buenos hábitos que, mantenidos en el tiempo, generan un impacto real en la salud. En este artículo te contaremos por qué la dieta mediterránea, siempre que esté acompañada de buenos habitos, puede ser muy beneficiosa para la salud.
2¿Qué tiene de especial la dieta mediterránea?

No es una moda pasajera ni una lista rígida de prohibiciones. La dieta mediterránea es un patrón alimenticio que desde hace décadas despierta interés científico. Su esencia radica en alimentos frescos y de proximidad: frutas y verduras de temporada, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva como principal grasa, pescado varias veces por semana y un consumo limitado de carnes rojas y azúcares refinados.
Lo valioso de este estudio es que demuestra que, incluso sin pérdidas de peso espectaculares, seguir esta dieta acompañada de cambios en la rutina puede marcar la diferencia. En promedio, los participantes redujeron apenas un 3,7% de su peso corporal, por debajo de lo que se suele considerar necesario para un efecto clínico. Aun así, la incidencia de la enfermedad cayó significativamente.
Miguel Ángel Martínez-González, profesor de Salud Pública de la Universidad de Navarra y uno de los líderes del ensayo, lo resume así: “La buena noticia es que incluso un cambio modesto impacta en el riesgo”.