jueves, 4 septiembre 2025

‘La Promesa’ vive su capítulo más tenso este viernes con un regreso peligroso y fugas secretas

La ficción de época de La 1, La Promesa, ha resultado un terreno muy propicio para las emociones más intensas, combinándose con las estrategias de poder, los secretos familiares y decisiones imposibles. El capítulo que ofrecerán el viernes 29 de agosto va a significar un punto de inflexión, ya que los protagonistas se verán obligados a asumir determinaciones que marcarán su rumbo inmediato.

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HUIR O RESISTIR EN LA PROMESA

HUIR O RESISTIR EN LA PROMESA
Fuente: RTVE

Cuando la vida dentro de La Promesa se hace invivible, la única rendija a la esperanza parece que queda fuera. Curro y Ángela saben que Lorenzo no dejará de acosarlos, así que preparan en silencio su fuga a Suiza. El viaje no es sólo una huida física, sino un grito de libertad contra quienes les han quitado cualquier mínima posibilidad de haber podido decidir ellos/as mismos.

Pero huir de la finca no resulta nada fácil. Hay vigilancia y cualquier señal equivocada delata el plan. El riesgo se mide en cada gesto, en cada mirada, y el plan va avanzando bajo el secreto. Así, la ilusión de encontrar paz en un nuevo lugar se convierte en la luz que les mueve, pero saben que esa luz puede apagarse en cualquier momento.

En otro de los frentes, el reencuentro de Vera y Federico hace entrever que las heridas que el pasado ha dejado aún no están del todo restañadas. Las explicaciones que él le exige entran en conflicto con las decisiones que ella tomó y convertir el dolor compartido en un muro difícil de derribar no es cosa sencilla; el lazo fraternal cruje, aunque aún queda un resquicio de esperanza.

Mientras, Enora intenta hacer las paces y la reconciación entre Toño y Simona. Su esfuerzo consiste en intentar arreglar una fractura que su propia madre y su propio hijo han sufrido y marcada por los rencores y por los silencios. La posibilidad de un perdón flota en el aire como una promesa para arreglar los corazones de ambos si se atreven a despegarse del orgullo.

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