jueves, 28 agosto 2025

El problema de médico que ha interrumpido las vacaciones de María José Campanario

El verano para María José Campanario parecía transcurrir entre la calma de unas vacaciones familiares y los pequeños momentos cotidianos que tan a menudo comparte con sus seguidores en redes sociales. Sin embargo, en medio de ese clima de tranquilidad, la odontóloga de 46 años ha revelado un problema de salud que ha encendido todas las alarmas entre quienes siguen con atención cada paso de su vida. La mujer de Jesulín de Ubrique, que en los últimos meses se ha mostrado más abierta y cercana que nunca, publicando detalles de su día a día y reflexiones personales, ha confesado que atraviesa un contratiempo médico que ha empañado en parte su descanso estival. Lo que comenzó como unas ronchas inesperadas en la piel acabó siendo interpretado por ella misma como una reacción adversa a un medicamento que ya en el pasado le había provocado complicaciones.

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¿Qué le pasa a María José Campanario?

María José Campanario llorando. (Foto: Antena 3)

La imagen que acompañaba sus palabras mostraba a una María José sosegada, con el sol bañando su rostro y una sonrisa que reflejaba paz interior, pese al contratiempo físico. De hecho, en paralelo a esta confesión sobre su problema de salud, la mujer de Jesulín aprovechó sus redes sociales para compartir importantes reflexiones sobre la vida y sobre el proceso de sanación personal que atraviesa. Una de ellas fue especialmente llamativa: “Sanar requiere que elimines todas las versiones de ti que creaste para sobrevivir”, escribió, dejando claro que se encuentra en un momento de autoconocimiento y de crecimiento personal en el que trata de desprenderse de cargas pasadas. Estas palabras revelan una etapa distinta en su vida, en la que la prioridad es cuidarse, dejar atrás las defensas constantes que marcaron su carácter en otras épocas y apostar por una versión más auténtica de sí misma.

En este contexto, la odontóloga también compartió un vídeo en el que se reflexionaba sobre el instante en que una persona dice “basta”. Una idea con la que se mostró completamente identificada. Explicó que en su caso no fue un acto de valentía lo que la llevó a tomar ciertas decisiones importantes, sino más bien un colapso. “Antes de plantarte te rompes por dentro. No ves la salida. Solo ves la mezcla entre rabia y tristeza porque sabes que vas a perder un montón de cosas. Vivías en un molde durante años que no era el tuyo, persiguiendo metas que no eran las que querías y cargando expectativas que no te dejaban respirar. Un día sin tener ningún plan el mundo se vino encima y dijiste ‘se acabó’. No fue valiente, fue desesperado”, decía el texto del escritor Teo Palacios que ella misma compartió como reflejo de una experiencia vital que siente como propia.

María José ha querido dejar patente que, pese a la incomodidad de este nuevo problema de salud, atraviesa uno de los momentos más serenos de su vida. Lo demuestra también con las palabras que acompañan las publicaciones más íntimas en sus redes sociales, en las que se muestra reflexiva y sensible. Una de sus últimas reflexiones ha tenido un eco especial entre sus seguidores. En ella se subraya la importancia de expresar afecto en vida y no esperar a que sea demasiado tarde. “La gente necesita que le digas que la quieres, al igual que tú también lo necesitas. No cuando uno se muere. Eso ya es tarde. Ahora. Tienes que decirle a tu abuela ‘qué buenos los garbanzos’ porque un día ella ya no podrá coger la olla”, recoge el texto compartido por la odontóloga, en el que también se reivindica el valor de reconocer a las madres, de verbalizar los sentimientos y de no reprimir gestos de ternura que pueden marcar una diferencia en la vida cotidiana.

Estas reflexiones, cargadas de significado y de sensibilidad, muestran a una María José Campanario renovada, dispuesta a afrontar con optimismo incluso las adversidades. El problema de salud que ahora le afecta, lejos de desatar alarma en exceso, parece servirle como recordatorio de lo importante que es cuidarse y escuchar al propio cuerpo. La alergia al enantyum, aunque molesta y limitante, no le ha impedido seguir disfrutando de la playa, de sus hijos y de los pequeños placeres veraniegos como hacer castillos de arena con el más pequeño de la casa. Tampoco le ha impedido mostrarse activa en redes sociales, donde su cercanía con los seguidores es cada vez mayor y donde parece haber encontrado un espacio para compartir no solo instantes felices, sino también las dificultades que atraviesa con total naturalidad.


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