El clan Pantoja vuelve a estar en el ojo del huracán mediático y lo hace por partida doble. En Gossip, la sección de corazón de Merca2, se ha abordado en profundidad el drama personal al que se enfrenta Anabel Pantoja en un momento en el que su familia atraviesa una de sus etapas más convulsas. La sobrina de Isabel Pantoja ha dejado su vivienda en Canarias, donde había construido una vida tranquila y alejada del ruido mediático, para iniciar un nuevo proyecto profesional. Sin embargo, lo que parecía un nuevo comienzo prometedor se ha convertido en un duro golpe, tanto por las circunstancias familiares que la rodean como por los obstáculos que ha tenido que afrontar en apenas unos días desde que tomó la decisión de abandonar las islas.
2El problema al que se enfrenta Anabel Pantoja
Lejos de estrenarse con energía en su nuevo destino, Anabel confesó que se había visto obligada a parar en seco debido a un problema de salud. “Ha sido llegar y tener una gripe que hacía años que no tenía. No recuerdo tener tantos mocos”, explicó entre risas resignadas a través de un vídeo en Instagram en el que aparecía visiblemente alicaída. La influencer mostró su rostro cansado, con la nariz enrojecida por los continuos pañuelos que había utilizado durante el día, y admitió que este contratiempo le había hecho replantearse el inicio de su proyecto. La ironía del destino quiso que, tras dejar su refugio canario en busca de nuevas oportunidades, se encontrara confinada en cama en su primer día de trabajo.
El drama de Anabel, por tanto, no solo tiene que ver con la nostalgia de haber abandonado su hogar en Canarias, sino también con la sensación de que todo se ha torcido demasiado pronto. En Gossip, la sección de corazón de Merca2, se subraya que este cambio vital llega en uno de los momentos más convulsos para su familia, lo que hace aún más difícil mantener la estabilidad emocional. La noticia de la ruptura de Kiko Rivera e Irene Rosales ha eclipsado en parte el nuevo rumbo de Anabel, aunque ella, con su habitual naturalidad en redes, trata de mostrar que continúa adelante a pesar de las dificultades.
No es la primera vez que Anabel se enfrenta a un reto de estas características. Su trayectoria pública ha estado marcada por etapas de exposición máxima, tanto en televisión como en redes sociales, y también por periodos de silencio en los que ha preferido proteger su intimidad. En esta ocasión, el traslado desde Canarias parecía responder a la necesidad de abrir un nuevo ciclo, pero el cúmulo de circunstancias adversas ha hecho que el inicio de ese camino se haya teñido de incertidumbre. El drama al que se enfrenta ahora combina lo personal y lo familiar, un binomio que siempre ha pesado sobre la figura de los Pantoja, acostumbrados a vivir con la presión mediática sobre sus hombros.
Resulta imposible desligar la situación de Anabel de la realidad que atraviesa el resto del clan. El silencio que mantiene sobre la separación de Kiko no es casual. Sabe que cualquier declaración suya podría convertirse en titular y alimentar aún más la maquinaria mediática que rodea a su familia. Por ello, ha optado por centrarse en su propio proceso, aunque las coincidencias temporales entre su cambio de vida y el final del matrimonio de su primo no hacen más que incrementar la tensión y la atención sobre ella. El destino ha querido que ambas historias se crucen en el tiempo, convirtiendo este agosto en un mes particularmente complicado para los Pantoja.
En paralelo, Anabel intenta no perder la sonrisa. Sus publicaciones en redes sociales, incluso cuando muestran momentos de debilidad como el resfriado que la ha dejado en cama, transmiten una mezcla de resignación y optimismo. Se muestra sincera, sin filtros, algo que sus seguidores valoran enormemente. Ese estilo cercano, alejado de la pose y de la perfección impostada, ha sido siempre su gran seña de identidad y le ha permitido mantener una comunidad fiel que la acompaña en cada paso. En esta ocasión no ha sido diferente, y los mensajes de ánimo y apoyo se han multiplicado en sus redes sociales después de que confesara su malestar físico.
