La existencia en la corte nunca ha sido fácil; sin embargo, el último regreso de Lorenzo transforma los pasillos de La Promesa en un hervidero de sentimientos contradictorios, en un entramado de delicadas tensiones políticas, de dramas íntimos que se ven envueltos en un caos incesante. La vuelta del capitán de la Mata no solo cristaliza viejas heridas, sino que podría acabarse con la equilibrada tierra de nadie que, a duras penas, se había podido encontrar.
3DECISIONES QUE MARCAN EL FUTURO EN LA PROMESA

Si en «La Promesa», por un lado, las pasiones y el miedo tensan la vida íntima de los personajes, por otro, el poder económico y el poder político marcan el ritmo del futuro inmediato. Manuel, que se encuentra atrapado en un dilema: aceptar o rechazar la propuesta de Pedro Farré de comprar sus acciones, está sometido a una fuerte presión: cada uno de sus pasos tendrá unas consecuencias directas, no solo lo para él, sino también para toda su familia, para el equilibrio de La Promesa.
Toño y Enora, que no pueden estar más en desacuerdo, discuten abiertamente qué debe ser el camino a seguir, convirtiendo de esta manera la elección estratégica en un campo minado de tensiones. El conflicto no solo lo se manifiesta en el terreno de los negocios. Pía y Ricardo se ven abocados a una salida de tono impuesta por Cristóbal: uno de los dos debe dejar el palacio.
Esta ineludible exigencia, además de amenazar a dos personajes centrales de la historia, manifiesta el nivel al que Cristóbal se siente legitimado para ejercer su poder y satisfacer sus deseos. En este choque van la supervivencia y la lealtad a aquellas personas que han coprotagonizado la vida de La Promesa desde hace muchos años.