Los problemas de los repartidores de Glovo con su nuevo modelo de contratación ya no son una sorpresa, pero de momento estos trabajadores empiezan a buscar respuestas. Un grupo de riders en Madrid, que se denominan simplemente como «la comunidad de riders activa» se han organizado para conseguir firmas de otros repartidores para presentar una denuncia colectiva contra la empresa en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
El texto, al que ha tenido acceso Merca2, espera que una inspección de trabajo arregle los problemas que ha tenido el proceso de contratación para los repartidores. «Los trabajadores y trabajadoras que integramos la plantilla de repartidores de la empresa GlovoApp23, S.L. y Glovoapp Spain Platform, S.L., interponemos la presente denuncia colectiva en defensa de nuestros derechos laborales, los cuales han sido vulnerados de forma reiterada y sistemática, generando una situación de precariedad y desprotección incompatible con el marco normativo vigente» sentencia el primer parrafo del texto.
De momento han conseguido alrededor de 30 firmas, pero esperan que el número siga subiendo apuntando por 100, al menos. Entre los problemas que señalan en su día a día subrayan el convenio «obsoleto» sobre el que diseño su nuevo contrato, el convenio estatal de mensajería de 2006, que señalan no se adapta a su realidad al haber sido diseñado antes de la llegada de las aplicaciones de delivery, la exigencia de medios propios para trabajar, incluyendo vehículo, gasolina, móvil y mantenimiento y la realidad de que su sueldo actual termina por debajo del SMI cuando se calculan los gastos de estos equipos.

De momento se organizan en las plazas al esperar pedidos, y grupos en plataformas como Facebook o Telegram. En estos se informa donde estarán los repartidores que recogen las firmas, los contenidos de la posible denuncia y se acumulan otras quejas pueden sumar al texto o que pueden buscar resolver con un nuevo contrato.
A estas posiciones clave se suman otros 13 datos que van desde lo que consideran una imposición de objetivos inalcanzables que se traducen en despidos rápidos, incumplimientos en la entrega de horarios con, al menos, 15 días de antelación e incluso acusaciones de acoso laboral a través del móvil. Se suman problemas de sistema, como el registro incorrecto del vehículo de algunos repartidores, vacaciones y pagas extraordinarias retrasadas y semanas de trabajo que aseguran pueden alcanzar las 60 horas.
Es parte del reto del cambio de modelo de la plataforma en cuanto a sus repartidores. La realidad es que es una lista de problemas, y, por tanto, responsabilidades, que no eran una realidad para Glovo antes del cambio de modelo. Con los autónomos, estos problemas no existían, con los trabajadores eligiendo su propio horario, vehículo e incluso multiplicador de facturación. Al mismo tiempo, también es una realidad que los propios repartidores se quejaban en el pasado que al tomar alguna de estas libertades se les castigaba con un menor número de pedidos, algo que la empresa de entregas negó desde un principio.
GLOVO ENFRENTA UNA NUEVA SANCIÓN
Este documento aparece en un momento en el que Glovo vuelve a lidiar con problemas con una inspección de trabajo. La empresa acaba de recibir una nueva sanción superior a los 800.000 euros por tener repartidores sin documentos en su plantilla. Es un reto nuevo que deben asumir, filtrar estos trabajadores de su plataforma y evitar que estén presentes en el sistema.

Es un motivo más para evitar una inspección como la que podría generar esta nueva denuncia. Después de todo, no solo se revisarán las condiciones de los trabajadores, sino también los trabajadores en la nómina, y los intentos que aún existen por parte de algunos repartidores de alquilar sus cuentas.
«COMO AUTÓNOMO PODRÍA RETIRARME CON ESTE KILOMETRAJE»
Lo cierto es que el principal problema que señalan los trabajadores de Glovo es que sienten que trabajan más horas y cobran menos. Es una realidad que es difícil de ocultar con sus experiencias, y marcada por la falta de bonificaciones por facturación en su nuevo modelo, reemplazadas por presión por parte de la plataforma y el miedo a un despido.
Entre los comentarios de los grupos de Telegram, el reclamo más común es el kilometraje acumulado en sus largas jornadas de trabajo. Hasta hace tan solo unos meses el mismo hubiese sido una buena noticia, que marcaría una buena facturación y, por tanto, empujaría un resultado a fin de mes positivo, hoy señalan que sin importar la distancia y la cantidad de recorridos, su sueldo se mantiene igual en el mínimo obligado por la ley.
Además, se suma que han recibido advertencias y castigos por no cumplir con todos los pedidos que les llegan. Suspensiones temporales, junto a suspensión en el sueldo, sanciones graves recibidas a través de la aplicación y reclamos directos de los jefes de flotas, son parte del pan de cada día de estos trabajadores desde que se realizó el proceso de contratación que debía mejorar sus condiciones, y que para algunos ha sido una condena.