Los últimos meses no están siendo nada fáciles para Alma Cortés Bollo. La hija de Raquel Bollo ha pasado por una etapa complicada en la que su salud y la de su familia han estado en el centro de sus desvelos, lo que la ha llevado a acudir de manera reiterada a consultas médicas y hospitales. Su calvario se ha convertido en un tema recurrente en las redes sociales, donde comparte con sus seguidores lo que está viviendo y cómo afronta cada nuevo obstáculo, hasta el punto de que sus publicaciones en Instagram generan un gran número de reacciones por la preocupación que despierta. Todo ello ha llevado a que esta situación haya sido recogida en Gossip, la popular sección de Merca2 dedicada al corazón y a los asuntos más comentados de los famosos, que sigue con atención cada paso de la joven.
1Alma Bollo confiesa cómo está su hijo

Hace apenas unas semanas, Alma ya estallaba públicamente al considerar que el estrés era el culpable de tantos episodios de salud que la han llevado una y otra vez a urgencias. “De verdad, hay veces que siento que no puedo más. Creo que mi cuerpo ya me ha mandado muchas señales y está petando por completo”, confesaba con desesperación, transmitiendo una sensación de agotamiento tanto físico como emocional. Desde que se convirtió en madre el verano pasado, su vida ha cambiado radicalmente, con mayores responsabilidades y muy poca ayuda, lo que le ha generado una carga difícil de sobrellevar. Ahora, además de su propio malestar, la situación se complica porque es su hijo pequeño quien atraviesa problemas médicos que le mantienen en vilo, y esa circunstancia hace que la tensión en su día a día sea aún mayor.
Alma Bollo ha utilizado de nuevo las redes sociales como vía de escape para explicar cómo está viviendo este proceso, y ha querido relatarlo de una manera cercana mientras paseaba con sus hijos. En sus stories de Instagram compartía momentos junto a su hija mayor y con el carrito del bebé, pero en esta ocasión la atención se centraba en el estado de salud del pequeño, que lleva días con fiebre alta. Según explicó, su hijo acumula ya más de 48 horas de fiebre persistente, lo que supone varias noches sin descanso y tres días completos en los que no logra que la temperatura remita. La situación la ha llevado a acudir a distintos médicos en busca de un diagnóstico certero y un tratamiento eficaz, aunque hasta el momento no ha conseguido dar con una solución clara.