miércoles, 27 agosto 2025

«No te espía como crees, es peor»: Jorge Parra, abogado, aclara la verdad sobre la nueva IA de Whatsapp

La función que crees que te espía es solo la punta del iceberg de la nueva tecnología de la aplicación. Un abogado experto desvela el verdadero uso que Meta dará a tus conversaciones con la IA.

La nueva inteligencia artificial de Whatsapp ha desatado un tsunami de dudas y temores sobre nuestra privacidad, pero el foco está en el lugar equivocado. Todos nos hemos preguntado alguna vez si la aplicación nos escucha, pero la realidad es mucho más sutil y, según los expertos, potencialmente más peligrosa. Lo que está en juego no es una escucha clandestina de tus audios, sino algo que entregamos voluntariamente y que vale oro: nuestra forma de ser.

El verdadero debate sobre esta nueva funcionalidad de la app de Meta no debería girar en torno al viejo mito del micrófono abierto. La clave está en entender cómo esta tecnología aprende de nosotros con cada mensaje que tecleamos, y el verdadero negocio es la capacidad de la IA para predecir nuestro comportamiento futuro, una información de incalculable valor para la compañía. ¿Estamos preparados para conocer qué le estamos regalando realmente a la IA de Whatsapp?

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¿REALMENTE NOS ESCUCHAN? EL MITO QUE OCULTA LA VERDADERA AMENAZA

Desmontamos la creencia popular más extendida sobre la privacidad en la app y nos adentramos en lo que de verdad importa.
Desmontamos la creencia popular más extendida sobre la privacidad en la app y nos adentramos en lo que de verdad importa. Fuente Pexels. Fuente Pexels.

El pánico a ser espiado es una constante, pero la idea de que nos escuchan por el micrófono es casi un mito urbano que nos distrae de la auténtica recolección de datos. La realidad es que el verdadero tesoro para esta herramienta de mensajería está en lo que escribimos, un caudal de información mucho más fácil de procesar y analizar a gran escala que el audio de nuestras llamadas o los mensajes de voz que enviamos a diario. Es en el texto donde revelamos nuestros deseos, miedos y, sobre todo, nuestras intenciones de compra.

Más allá de nuestras palabras, existe un universo de información que esta plataforma de comunicación analiza sin descanso: los metadatos. Quién habla con quién, a qué hora, con qué frecuencia, desde dónde; toda esa información dibuja un mapa exacto de nuestras relaciones sociales y rutinas. Para la nueva IA de Whatsapp, este rastro digital es incluso más valioso que el contenido de los propios chats, ya que revela patrones de conducta que ninguna conversación podría mostrar de forma tan clara y estructurada.

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO ES TU AMIGA, ES LA HERRAMIENTA PERFECTA DE META

La inteligencia artificial que Meta está integrando no ha sido diseñada para ser simplemente un chatbot con el que pasar el rato o resolver dudas. Su función principal es aprender, y su material de estudio somos nosotros y la forma en que interactuamos en la popular app de comunicación. Piensa en ello como un analista incansable que está siendo entrenado con millones de conversaciones para entender los matices del lenguaje humano y, con ello, nuestras necesidades más profundas como consumidores.

Este sofisticado sistema no opera en el vacío; su objetivo final es nutrir el ecosistema publicitario de Meta, que incluye Facebook e Instagram. Al comprender tus patrones de conversación en Whatsapp, la IA puede refinar tu perfil publicitario a un nivel de detalle nunca antes visto. Así, la información extraída de tus chats se utilizará para mostrarte anuncios mucho más personalizados en las otras plataformas de la compañía, cerrando un círculo de datos perfecto del que es casi imposible escapar.

«EL VERDADERO PRECIO ES TU COMPORTAMIENTO»: JORGE PARRA LO DEJA CLARO

El experto legal nos revela qué estamos cediendo sin darnos cuenta al usar la IA y por qué es mucho más que solo datos.
El experto legal nos revela qué estamos cediendo sin darnos cuenta al usar la IA y por qué es mucho más que solo datos.

Según el abogado especializado en derecho digital, Jorge Parra, «el error es pensar que el producto somos nosotros; el producto es la predicción de nuestro comportamiento». Parra insiste en que al interactuar con la IA de este chat instantáneo, le enseñamos a la máquina nuestros patrones de duda, deseo, enfado y alegría, un conocimiento que permite a Meta anticiparse a nuestras acciones. No solo sabe lo que te interesa hoy, sino lo que probablemente querrás mañana.

Cuando aceptamos los nuevos términos y condiciones, a menudo sin leerlos, estamos dando nuestro consentimiento para este entrenamiento masivo. Lo que Parra califica como «peor que el espionaje clásico» es que participamos activamente en el proceso. No es un agente externo el que nos vigila, sino que nos convertimos en entrenadores voluntarios de una inteligencia artificial que perfilará nuestra vida digital. Estamos cediendo nuestra propia psicología para perfeccionar la herramienta que nos analizará en el futuro con Whatsapp.

MÁS ALLÁ DE LOS ANUNCIOS: ¿QUÉ OTROS RIESGOS ESCONDE ESTA TECNOLOGÍA?

El riesgo más evidente es la manipulación a una escala sin precedentes, que trasciende la simple publicidad de productos y servicios. Una inteligencia artificial que entiende cómo respondemos emocionalmente a ciertos temas podría ser utilizada para influir sutilmente en la opinión pública o polarizar debates sociales. Dentro del entorno de la famosa aplicación, el peligro reside en la capacidad de la IA para crear narrativas personalizadas que refuercen nuestros sesgos, aislándonos en burbujas informativas cada vez más difíciles de romper.

El mayor temor de los expertos en privacidad es la consolidación de datos en un único perfil gestionado por Meta. Imagina toda la información de tus redes sociales, tus «me gusta», tus fotos, y ahora súmale el análisis semántico de tus conversaciones privadas en Whatsapp. El resultado es un expediente digital sobre tu persona de una precisión abrumadora, un activo que podría ser vulnerable a brechas de seguridad o a usos que hoy ni siquiera podemos concebir, centralizado en una única compañía tecnológica.

RECUPERAR EL CONTROL ES POSIBLE, PERO REQUIERE UN CAMBIO DE MENTALIDAD

Pequeños gestos cotidianos y una mayor conciencia sobre nuestra huella digital pueden marcar una gran diferencia.
Pequeños gestos cotidianos y una mayor conciencia sobre nuestra huella digital pueden marcar una gran diferencia. Fuente Pexels.

Frente a este panorama, la solución no pasa por abandonar la tecnología, sino por utilizarla de una forma mucho más consciente y crítica. Es fundamental revisar periódicamente la configuración de privacidad de nuestras aplicaciones y ser selectivos con la información que compartimos, incluso en la app verde. Entender que no hay nada gratis en el mundo digital es el primer paso para dejar de ser un producto pasivo y empezar a tomar decisiones informadas sobre los datos que generamos al usar Whatsapp.

La nueva IA de Whatsapp no es un villano de película que conspira contra nosotros, sino una herramienta neutral cuyo impacto depende del uso que su creador le dé y de los límites que nosotros, como usuarios, impongamos. La conversación sobre la privacidad debe evolucionar; ya no se trata de si nos escuchan, sino de si somos conscientes de lo que les contamos voluntariamente. Al final del día, la decisión sobre cuánto poder le entregamos a este algoritmo sigue estando, en parte, en nuestras manos, y esa es una responsabilidad que no podemos delegar.


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