Desde que en 2022 la empresa alemana Delivery Hero se hizo con Glovo, el unicornio español ha sido un dolor de cabeza. La empresa que dirige Oscar Pierre apenas terminaba de atravesar la tormenta de la pandemia cuando la ley rider empujada por el Gobierno cambió las reglas de juego, asegurando que sus repartidores, registrados como autónomos, tenían una relación laboral directa con la plataforma, lo que se tradujo en una larga serie de disputas legales, con diferentes resultados, que han acabado con la decisión de la empresa ibérica de contratar a sus repartidores.
Esta situación, sumada a que este mismo año la empresa española ha debido asumir una nueva sanción por una investigación de la Comisión Europea que señaló a ambas por colusión para marcar los precios, de 330 millones de euros, y una más reciente por la contratación de trabajadores extranjeros en Sevilla por un nuevo informe de la inspección de trabajo, que señaló que la plataforma tenía en nómina 65 trabajadores sin los documentos correctos para poder trabajar.
A estas dos sanciones se suman los 100 millones de euros que la empresa alemana asumió como necesarios para que Glovo completará el proceso de contratación en los riders. Sin ningún otro gasto operativo, y asumiendo que no haya más sanciones, esto señala que la empresa española ya ha costado a Delivery Hero más de 400 millones de euros este año. Es una lista de retos que sumada a su popularidad, a pesar de estas situaciones las ventas se mantienen estables, y la plataforma de entrega de alimentos española se dibuja como uno de los grandes protagonistas de lo que será su próxima presentación de resultados del segundo trimestre de 2025.

No sería para menos. Lo cierto es que la compra de la empresa española ha coincidido con una caída importante en el valor de la empresa, alrededor del 70%, y es complicado no relacionar los problemas del unicornio español con los retos que enfrenta su empresa matriz. Será llamativo ver cómo la manejan en la próxima presentación de resultados, pero la situación de Glovo es especialmente delicada, no hace tanto, su propio auditor, Deloitte, ponía sobre la mesa dudas sobre la viabilidad de la continuidad de la empresa. Por tanto, los datos de ventas específicos de la empresa española marcarán un antes y un después en cómo se desarrolla el futuro de su empresa matriz.
LOS ANALISTAS OPTIMISTAS CON DELIVERY HERO
Incluso en medio de este caos de sanciones, dudas de futuro y cambios de normativa en Europa, los analistas de Investing.com o Etoro asumen que los datos de la empresa serán positivos, y que va en camino de remontar la cuesta que baja desde 2022. Lo cierto es que el paso de Glovo al contratar a sus repartidores, a pesar de su precio y de los problemas que la empresa ha tenido en el proceso, ha dejado claro su estrategia europea en el corto plazo, aun si ésta sube sus costes operativos, y debería reducir las sanciones y batallas legales por motivos laborales, además de limpiar su situación reputacional en el país, aun si esto realmente nunca ha afectado sus ventas.

De todos modos, existe una duda más allá de España: La inversión de la empresa en Corea del Sur, donde compraron la aplicación ‘Baemin’, no ha generado los resultados esperados. Incluso si ha mejorado un poco el dato de ventas en territorio asiático, esta sigue siendo la principal incertidumbre de la empresa, a pesar de esto su facturación sigue creciendo y los datos apuntan a que volverá a los números verdes durante 2026, lo que debería servir para que sus acciones vuelvan subir, aunque es difícil asegurar que volverán al valor previo a 2022.
GLOVO SIGUE ATRAVESANDO CONTROVERSIAS
En cualquier caso, desde Glovo no terminan de apagar los incendios que han venido de la mano de su proceso de contratación. Sueldos que se pagan tarde, problemas a la hora de asignar horarios y discusiones sobre las nuevas condiciones que deberían cumplir o no, los repartidores a la hora de entregar un pedido. En cualquier caso, desde un principio se asumió en la empresa y se avisó al público que sería un proceso largo y complejo, donde se daba por sentado que surgirían varios imprevistos.
Se suma que algunos repartidores han quedado fuera de la nueva plantilla. Con algunos grupos como la CGT asegurando que, ya que la ley rider los consideraba trabajadores de Glovo, defendiendo esta decisión de apartarlos como un despido, y buscando que la empresa que dirige Oscar Pierre pague la indemnización. Además, sigue abierta la denuncia de fiscalía contra su fundador por supuesta violación de los derechos de sus trabajadores.
En ese panorama es clave que vayan cerrando ciclos y que el final del verano y el inicio de la cuesta de septiembre sean también el momento que normalice los cambios de la empresa y les permita operar de la forma en la que lo acostumbran. En cualquier caso, solo el tiempo lo dirá.