martes, 26 agosto 2025

¿Cambios de formas o retroceso histórico? La Generación Z redefine la forma de comunicarse y vincularse

Cada generación estuvo atravesada por sus propios códigos y maneras de relacionarse. Los baby boomers crecieron con la televisión como ventana al mundo, mientras que la generación X se encontró con la revolución tecnológica de los años noventa. Hoy, en pleno siglo XXI, la Generación Z vive rodeada de pantallas y dispositivos, con un lenguaje propio y una manera de vincularse atravesada por lo digital.

Un corazón, una carita sonriente o un simple pulgar arriba pueden transmitir lo que antes requería largas frases. La comunicación ya no se limita a las palabras: los emojis, la mensajería instantánea y, más recientemente, la inteligencia artificial, se convirtieron en los protagonistas de la vida social de los más jóvenes. La transformación de la Generación Z fue analizada por la ciencia, y detrás de cada gesto digital hay un mundo de significados que habla tanto de la intimidad como de los cambios culturales de nuestro tiempo.

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Generación Z: La comunicación en tiempos de inmediatez

Fuente: Freepik

La Generación Z, que actualmente comprende a los jóvenes entre 12 y 27 años, creció en un contexto marcado por la conectividad permanente. Las redes sociales, los chats y las videollamadas no son herramientas accesorias: forman parte central de su vida. Lo que para sus padres fue una novedad, para ellos es el aire que respiran.

Un estudio publicado en Nature Human Behaviour por la Universidad de Cambridge explica que, pese a las transformaciones digitales, las relaciones humanas se siguen organizando en dimensiones universales: cuidado, autoridad, intercambio y juego. Estos pilares se mantienen constantes, aunque se expresen de manera distinta. El paso de las cartas a los mensajes instantáneos o de las conversaciones cara a cara a las videollamadas no altera la esencia del vínculo, pero sí la forma en que se desarrolla.

La llamada telefónica, símbolo de cercanía durante décadas, hoy pierde protagonismo frente a los mensajes escritos. Investigaciones recientes en Current Psychology y Communication Research Reports señalan que la ansiedad telefónica es cada vez más común entre los jóvenes, quienes prefieren escribir a hablar. Incluso los millennials muestran este patrón, con un 76% reportando niveles de ansiedad al teléfono frente al 40% de los baby boomers.

La Generación Z lleva esta tendencia al extremo: evitan las llamadas incluso en situaciones que requieren diálogo directo, como pedir cita en el médico o resolver un trámite bancario. Para ellos, lo esencial es tener el control del tiempo de respuesta, algo que la comunicación asincrónica permite y la llamada no.

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