Desde este año, miles de conductores en España deberán enfrentarse a una nueva normativa que marca un antes y un después en la forma de renovar su permiso de conducir. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidió establecer restricciones estrictas para quienes consuman determinados medicamentos o padezcan ciertas enfermedades que pueden comprometer su seguridad al volante.
La medida de la DGT busca reducir los riesgos de accidentes de tráfico y garantizar que los conductores se encuentren en condiciones óptimas de salud. Para muchos, esta decisión supone una advertencia clara: no será posible renovar el carnet sin un informe médico favorable que avale su aptitud.
5Un debate abierto: ¿seguridad o limitación de derechos?

La decisión de la DGT no ha estado exenta de polémica. Para algunos, esta medida representa un paso adelante en la prevención de accidentes y en la protección de la vida. Para otros, supone una restricción excesiva que puede limitar la autonomía de personas que, a pesar de sus tratamientos, son perfectamente capaces de conducir.
Las asociaciones de pacientes con diabetes o apnea del sueño ya han manifestado su preocupación. Consideran que muchos conductores estables podrían verse afectados innecesariamente y que el proceso de renovación podría convertirse en un laberinto burocrático.
Sin embargo, los datos respaldan la medida. La DGT recuerda que cerca del 25% de los accidentes graves en España tienen relación con problemas médicos o con el consumo de fármacos que alteran la capacidad de reacción. Reducir ese porcentaje es el objetivo prioritario, aunque suponga endurecer los requisitos.